Critican compra de helicópteros rusos
EEUU adquiere decenas de Mi-17 a un costo superior a $ 1,000 millones
WASHINGTON, D. C. El acuerdo parecía vago desde el inicio. Para proveer nuevos helicópteros a las fuerzas de seguridad afganas, el Pentágono eludió a compañías estadounidenses y optó por adquirir decenas de Mi-17 rusos a un costo superior a 1,000 millones de dólares.
Altos funcionarios del Pentágono aseguraron a escépticos congresistas que el Departamento de Defensa había tomado la decisión correcta. Los funcionarios mencionaron reiteradamente un estudio secreto del 2010 que, según ellos, consideraba al Mi-17 como la mejor opción.
Resulta ser que el estudio ofreció una historia muy diferente, de acuerdo con fragmentos no secretos obtenidos por The Associated Press.
El Chinook, usado por el Ejército estadounidense y fabricado por Boeing en Pensilvania, fue considerado “la flotilla más rentable para la Fuerza Aérea Afgana en un período de 20 años”, de acuerdo con los extractos obtenidos.
Los legisladores que seguían el acuerdo quedaron atónitos. El senador John Cornyn, segundo líder de los republicanos en la Cámara Alta y uno de los críticos más severos del contrato, dijo que el Departamento de Defensa “reiteradamente y deshonestamente” usó el estudio para probar la necesidad de comprar los Mi-17.
Más de dos años después de que se firmó el contrato de los Mi-17, el velo de secreto aún oscurece el pacto pese a su alto costo, el potencial para fraude y desperdicio, y acusaciones de que el Pentágono omitió información importante.
Este acuerdo sin precedentes sirve además de recordatorio para un público estadounidense hastiado de guerras de que Afganistán va a seguir dependiendo del respaldo financiero de Washington incluso después de la retirada de las tropas.
“¿Por qué estamos comprando helicópteros rusos cuando hay fabricantes estadounidenses que satisfacen los mismos requerimientos”, preguntó Cornyn.
Apenas en septiembre, el subsecretario de Defensa Ashton Carter citó el estudio en una carta a representantes para defender la decisión. Carter dejó el puesto la semana pasada.
El año pasado, Frank Kendall, máximo funcionario de adquisiciones del Pentágono, y el jefe de normas James Miller mencionaron el estudio en respuesta a preguntas de Cornyn.
Apenas semanas después de completarse el estudio, el secretario del Ejército John McHugh escribió en un memorándum en el 2011 que “el Mi-17se destaca” comparado con los otros helicópteros.
El Pentágono niega haber engañado al Congreso.
Un alto funcionario del departamento dice que el estudio estuvo centrado en los requerimientos a largo plazo y no en las necesidades inmediatas de las Fuerzas Armadas afganas, que son satisfechas mejor por el Mi-17. Además, comandantes estadounidenses en Afganistán querían el Mi-17 porque es durable, fácil de operar y las fuerzas afganas tienen experiencia usándolo, de acuerdo con el funcionario, que no estaba autorizado a ser identificado como fuente de la información.
No hay duda de que los helicópteros de servicio pesado capaces de trasladar tropas y suministros afganos son esenciales para la misión. Pero la decisión de comprarlos a Rusia ha conseguido algo raro: que haya coincidencias entre demócratas y republicanos en un Congreso profundamente dividido.
Los legisladores de ambos partidos preguntan por qué Estados Unidos compra equipo militar a Rusia.
Después de todo, Rusia le ha vendido armas a los gobiernos represivos de Siria e Irán, ha dado albergue al ex analista de sistema de la NSA Edward Snowden y sido criticada por el Departamento de Estado por adoptar leyes que restringen los derechos humanos.
Además de eso, la corrupción abunda en la industria militar rusa, dicen los legisladores, mencionando preocupaciones de que funcionarios gubernamentales corruptos se estén llenando los bolsillos con dinero estadounidense.
El mes pasado, el Pentágono cambió de parecer. Tras reevaluar la situación, funcionarios decidieron reducir la cantidad de helicópteros que iban a comprar originalmente en Rusia, de 78 a 63.