Los amigos después de los 50
Hasta cierta edad, los ámbitos en los que se conocen amigos son fijos, y corresponden con el modo de vida que existe en el mundo actual
Los primeros amigos son la familia: hermanos y primos forman ese primer contacto con los cuales se comienza a compartir las emociones y a valorar el compañerismo.
Luego, la escuela, la universidad o el trabajo se transforman en escenarios ineludibles en los que podemos encontrar a aquellas personas que serán soporte y cómplices del desarrollo personal de cada uno. Hasta cierta edad, los ámbitos en los que conocemos amigos son fijos, y corresponden con el modo de vida que existe en el mundo actual.
Pero pasados los 50 años, la rutina ya no es la misma. Los viejos amigos comienzan a alejarse por motivos diversos; incluso muchos de ellos, de manera involuntaria. Es entonces cuando se torna imprescindible revalorizar la importancia de tener amigos y saber que si no se pueden mantener los viejos, el mundo no está acabado. Encontrar nuevos amigos en la tercera edad es un desafío complicado pero a la vez agradable, y puede cambiar su vida para siempre.
Para su bienestar y la tranquilidad de su familia, que tenga una vida social activa es fundamental. Muchos adultos mayores deciden refugiarse en sus casas por seguridad, por falta de ánimo o por no tener con quien compartir salidas. Debe cambiar esta situación. Existen numerosos centros de reunión para adultos, clubes e incluso casas de estudios. No tema conocer gente nueva: en cada etapa de la vida se puede hallar al compañero de vida ideal; sólo es cuestión de animarse.
Las redes sociales e Internet han proporcionado a los adultos mayores un nuevo mecanismo de conexión y comunicación permanente. Es cierto que reviste cierta complejidad involucrarse con las nuevas tecnologías, pero es un lindo desafío que le reportará grandes emociones. Conocer amigos sin moverse de su casa, poder dialogar, compartir experiencias, debatir y planificar acciones. Además, es la excusa perfecta para pasar más tiempos con sus hijos y nietos mientras aprende a desenvolverse por sí mismo.
Al igual que en la juventud, los amigos suelen hacerse por frecuentar cierto entorno. En el caso de los adultos, éste puede ser el barrio, la plaza, el supermercado, el bar de la esquina. No dude en hacer las cosas por sí mismo: vaya de compras, salga a caminar, tómese una copa de vez en cuando, cene en su restaurante favorito. Pronto se dará cuenta que disfrutará mucho de ser habitué de ciertos lugares, y los otros concurrentes comenzarán a convertirse en sus amigos.