Nuevo fiscal contra la corrupción en Los Ángeles
Max Huntsman dirigirá la nueva oficina de Inspector General del Departamento del Sheriff de Los Ángeles
ENTREVISTA
La acusación que pesa sobre 18 ex y actuales agentes del Departamento del Sheriff por supuesto abuso en las cárceles son un tema con el que tendrá que lidiar Max Huntsman. Este fiscal de 48 años de edad dirigirá la nueva oficina de Inspector General del Departamento del Sheriff, enfocada en vigilar las acciones y políticas que siguen los custodios del sistema carcelario del condado angelino.
En el apellido, que en español significa “cazador”, este fiscal ha llevado su marca.
– ¿Le gusta la cacería?
“No, no me gusta cazar, tal vez a alguno de mis ancestros le gustaba, hace mucho tiempo en Inglaterra alguien de ellos se dedicaba a la caza y de ahí viene el apellido, lo cual prueba que yo no soy de sangre noble, de la nobleza”, respondió en entrevista para La Opinión.
“Bueno, metafóricamente hablando sí, sí me gusta cazar, cazar personas, porque he sido fiscal por 20 años”.
– ¿Y qué tipo de presas le gustan?
“Gente corrupta”.
Huntsman es supervisor de la Unidad de Integridad Pública de la Procuraduría de Distrito, encargada de procesar los casos de corrupción en contra de funcionarios públicos. Es uno de los fiscales que desde un principio llevó el caso de la ciudad de Bell y a partir del 2 de enero próximo empezará la cacería en el Dpto. del Sheriff.
“Primero estableceré la oficina, reuniré personal, seremos 26, y empezaremos a trabajar enfocados en vigilar el uso de la fuerza en las cárceles del condado, que las políticas y las acciones sean adecuadas”, dijo.
– ¿Por qué es necesaria la Oficina del Inspector General?
“Una vigilancia civil de los cuerpos policíacos se ha convertido en algo más común en estos días, antes solo se le daba el trabajo al jefe y él se encargaba, pero ahora, en una sociedad moderna y democrática, el doble chequeo de lo que está haciendo la Policía asegura que las acciones sean como queremos y que no se olviden de quienes fueron los que los pusieron ahí, es una tendencia moderna, es una buena idea tener a alguien supervisando, para que quienes llevan una placa y una pistola estén haciendo lo correcto”.
Explicó que posteriormente la Oficina de Revisión Independiente (OIR) se fusionará con su oficina y contará con gran presencia en el sistema de cárceles.
“Nos enfocaremos mucho en eso, regularmente estaremos yendo a las cárceles para ver lo que está pasando, y también estaremos vigilantes de lo que pasa en las calles, donde los policías tienen mucho poder y revisar que estén haciendo su trabajo de manera justa”.
La intención, recalcó, es evitar que se encubra el uso de la fuerza por parte de los alguaciles.
Aclaró que identificar alguaciles que han cometido actos de mala conducta en el pasado, no será el trabajo del Inspector General.
“Ese es el trabajo de asuntos internos”, indicó. “Nuestro trabajo será asegurar que no ocurran de nuevo los mismos problemas, nos enfocaremos en las formas, institucionalizar medidas, auditar”.