Moverse del sur al sur

Migración

El sentido común dicta que la gran mayoría de los migrantes internacionales sale de los países en vías de desarrollo, conocidos como países del sur, a las naciones industrializadas, también llamadas del norte. Y es que si la migración es resultado de las disparidades económicas entre los países, los migrantes se encaminan en la dirección en que tales desigualdades son mayores, es decir, entre el sur pobre y el norte rico. Pero la realidad no apoya al sentido común.

Datos de la Organización de las Naciones Unidas, en 2013 la migración entre países del sur, que sumó un total de 82.3 millones de personas, era ligeramente mayor que la migración de sur a norte, que por su parte ascendió a 81.9 millones de personas. Ambos flujos migratorios son dinámicos: la migración de sur a norte se duplicó entre 1990 y 2013, mientras que la migración de sur a sur aumentó en más de un 40% tan sólo entre 2000 y 2013.

¿Cuáles son algunos de esos flujos sur a sur y por qué, siendo tan importantes, se les presta tan poca atención?

En América Latina, estos movimientos de población incluyen al de los colombianos en Venezuela, a los paraguayos, bolivianos y peruanos que trabajan en Argentina y Chile, a los nicaragüenses que laboran en Costa Rica y los hondureños presentes en El Salvador y a los guatemaltecos, beliceños y cubanos que se desempeñan en distintas actividades en México.

Es posible entrever un patrón geográfico: son movimientos entre países vecinos con distintos niveles de desarrollo. La proximidad entre los países facilita el ir y venir de los migrantes que se especializan en nichos económicos bien definidos: los guatemaltecos y beliceños trabajan en el las plantaciones de caña y café del sureste de México, mientras que las mujeres paraguayas se emplean en el servicio doméstico en Buenos Aires y los bolivianos en la cosecha de la uva en el centro-norte de Argentina.

Por supuesto que la migración de sur a sur también implica grandes desplazamientos geográficos. Millones de migrantes del sur y sureste de Asia se dirigen cada año al Oriente Medio para trabajar en los países productores de petróleo. Migrantes de muy distintas partes de África aprovechan la pujanza de Turquía y su gran centro económico, Estambul. Chinos y coreanos emigran a diferentes países de América Latina, donde instalan pequeños negocios. Migrantes del África subsahariana se emplean en Marruecos y Argelia.

Es un mito que todos los migrantes del mundo quieran dirigirse a los países del norte.

Se trata de un mito que los gobiernos de las naciones industrializadas utilizan para justificar sus políticas migratorias restrictivas. En realidad, muchos migrantes han vinculados sus proyectos de movilidad económica a industrias y actividades productivas que tienen lugar en otros países del sur.

Algunos de estos países (no todos), han flexibilizado sus políticas, permitiendo la circulación de la mano de obra y convirtiendo el cruce de fronteras en un trámite administrativo.

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