Lima y limón, ¿una exquisitez en NYC?
El aumento en el costo de estas frutas podría traducirse en un incremento en los precios de determinados cócteles y comidas, alertaron dueños de restaurantes
NUEVA YORK — Esta primavera, cuando vaya a un bar o restaurante le va a costar que le pongan lima en el vaso, limón con su taco o incluso es posible que le ofrezcan probar un cóctel de fruta de la pasión antes de servirle el mojito que pidió.
La razón es que la lima verde y el limón han subido tanto de precio en tan poco tiempo que están empezando a ser una exquisitez. Una lima cuesta a partir de 90 centavos y el limón ronda ese precio en muchos supermercados. Es algo que perjudica especialmente a los latinos para los que el uso de estos cítricos es esencial en su cocina.
“En enero, pagaba $35 por la caja de limas, ahora cuesta $135”, explica Larissa Wocher, administradora del bar de Caracas Arepa, en Brooklyn. Wocher afirma que es difícil encontrar limas buenas y a buen precio por lo que están intentando ser creativos para evitar subir los precios de determinados cócteles.
“No sentimos la subida hasta hace unas cuantas semanas”, precisa Wocher, “y ahora estamos literalmente buscando proveedores todos los días que nos den el mejor precio por caja. Cada día compramos a uno y cuando sabemos de alguien que vende más barato nos echamos una mano los que somos amigos”.
El precio de la lima se ha disparado, según explica Kristy Plattner, del Departamento de Agricultura federal, porque apenas se cultiva este cítrico y el 98% de lo que se consume llega de México.
Y el problema es que para la región de Michoacán, de donde llegan la mayoría de ellas, están siendo tiempos difíciles. Las lluvias y los efectos de una bacteria que lleva años afectando la fruta han complicado la situación creada por la violencia del cartel de la droga de los Caballeros Templarios. “El cartel está extorsionando y amenazando a los agricultores y los trabajadores que recogen la fruta”, detalla Gustavo Arellano, autor del libro Taco USA.
Y mientras “el limón sube porque es sustitutivo de la lima”, dice Plattner. El limón se importa y también se cultiva en Arizona y California, donde la producción ha caído ligeramente este año.
Para Jorge Rodríguez, dueño del restaurante Los Balcones del Perú, en Los Ángeles, la situación es muy complicada. “El ceviche es el referente de la cocina peruana, necesitamos lima verde en cantidades industriales y no podemos pasar el aumento de precio al consumidor, simplemente esperamos a que baje”, cuenta. Rodríguez dice que ya pagaba cara la caja de limas en enero, entre $70 y $80, cuando en el pasado pagaba entre $20 y $25.
“Está a precio de carne”, bromea antes de volver a la seriedad. “No hay nada que podamos hacer, excepto asumir el coste”, expresa resignado.
Es la misma receta que tiene Leonardo Molina, dueño de Arepera Guacuco de Brooklyn. “Tenemos una bebida típica de Venezuela que se llama papelón con limón y estamos tratando de dar alternativas. La bebida cuesta $3 y no quiero subirla a $5 para cubrir mi coste”.
Molina también paga por caja el doble que a principios de año y admite que ha dejado de servir varios platos de mariscos con limón. “Si el cliente me lo pide lo pongo, pero si no lo pide, y es el 50% de los casos, no se añade al plato”, argumenta.
Arellano, que en su libro cuenta cómo las tendencias culinarias de América Latina y sobre todo México han llegado a EEUU, sostiene con cierto buen humor que espera que la situación mejore para que la gente “siga bebiendo margaritas y no se pase al whisky”.