Cumple con el Tío Sam
Aunque aclarar cuentas con el Gobierno sobre los impuestos que debemos pagarle sí se trata de un compromiso ineludible, el IRS puede, si quiere, ser bastante indulgente con quienes, de verdad, no pueden pagar esos impuestos sobre ingresos personales o corporativos. La cuestión es que, tarde o temprano, pagues en algún momento todo lo que le debes y cooperes con ese departamento del gobierno en tratar de establecer un programa de pagos.
Ante todo cumple con la ley: nunca dejes de enviar tu informe anual de ingresos con la excusa de que tú o la compañía que posees no tiene dinero para cubrir el impuesto adeudado. Eso es un delito penado por la ley de este país. Envía y cuanto antes mejor el informe en la fecha debida, aunque no incluyas el cheque por la cantidad total. Si no puedes pagar el dinero que adeudas porque no pagaste los impuestos debidos a lo largo del año, al poco tiempo, el IRS te enviará una factura.
Respóndela inmediatamente. Escribe donde te indican, incluye una copia de la comunicación del IRS y sugiere que trabajen contigo para establecer un programa de pagos. Jamás ignores una comunicación del IRS, pues sino asumirán actuarán para que les pagues lo que les debes. No demores la respuesta, ni siquiera por unos pocos días. La secuencia de correos del IRS está controlada por computadoras, y si el sistema no tiene noticias tuyas rápidamente, da lugar automáticamente a una acción subsiguiente.
Si has seguido estos pasos, has hecho lo correcto y el IRS ya sabe cuál es tu situación. Luego de eso, el IRS se pondrá en contacto contigo para establecer un programa de pagos realista (la cantidad total de lo que se le debe deberá ser liquidada en pagos fijos mensuales; estos pagos están sujetos a intereses deducibles). También se cobrará una penalidad, la cual NO es deducible de los impuestos. Si no te han respondido en tres meses, llama por teléfono para ver qué ha pasado.
El IRS nunca forzará a ningún contribuyente a refinanciar su casa o a vender su auto para que se le pague, ni obligará a una empresa a liquidar sus aparatos, muebles, instrumentos, ni maquinarias de trabajo, pero sí puede obligar a un contribuyente a pagarles con valores que pueden ser convertidos en dinero efectivo, y tratará de hacer que pida prestado dinero hipotecando otros valores (por ejemplo, poniendo una segunda hipoteca sobre su vivienda). Eso sí, una o dos veces al año el IRS evaluará la posición financiera del contribuyente, y si mejora pedirá que se agilice el programa de pagos.
Como ves, el Tío Sam aprieta, pero no ahoga la cuestión es que te comprometas a pagar, de alguna forma, lo que le debes en impuestos. Si escondes lo que debes, informas cantidades falsas o injustificables, o te niegas a pagar, sí vas a tener problemas, que pudieran, en los casos más graves, hasta pagarse con la cárcel.