De vuelta a clases sin llanto
Siga estos consejos para evitar que sus niños sufran de ansiedad al iniciar el año escolar
PedroFrisneda
Cuando comienza un nuevo año escolar, los niños no sólo regresan a clases cargados de nuevos libros y útiles escolares. También llevan consigo una gran carga de nerviosismo y expectativas ante lo que está por venir.
No importa si su hijo está comenzando su primer día de Pre-Kinder o si va al último año de la escuela secundaria, es común que tenga un poco de temor, al enfrentarse a nuevos maestros, compañeros de clases y un nuevo currículo de enseñanza.
Si bien en la mayoría de los casos estos sentimientos se disipan una vez que el niño hace amigos y se acostumbra a su nuevo entorno, algunos alumnos —especialmente los más pequeñitos—, encuentran la transición un poco más difícil, tanto así que podrían experimentar episodios de ansiedad, estrés e incluso miedo.
Si su hijo se encuentra en esta situación, la doctora Laura Guy, directora de Salud Mental del Programa de Salud Escolar del Hospital Montefiore, da una serie de consejos para hacer del regreso a clases una transición normal y tranquila.
“La mayoría de los niños están un poco ansiosos o preocupados porque se enfrentan a una experiencia nueva. Una cosa que podemos hacer como padres es hablar con ellos acerca de eso en una forma muy natural y calmada”, explica la doctora.
“Deben dejarles saber que el comenzar algo nuevo puede causar un poco de preocupación y ansiedad, pero que eso no necesariamente significa que es una cosa mala”, acota la experta.
La doctora recomienda a los padres que sirvan como un modelo para sus hijos, y siempre muestren una actitud positiva y normal sobre los cambios. “Puedes destacar las cosas buenas que los niños van a experimentar, como la oportunidad de conocer nuevos amigos y de usar nuevas cosas”.
Aunque se trata de una preocupación normal que cualquier niño puede tener, y que no representa un problema serio, algunos pequeñitos podrían experimentar síntomas como dolores estomacales o de cabeza.
“Si el niño tiene algunos problemas adaptándose, los padres pueden hablar con el maestro para ver si puede ayudar con algunas estrategias y tips, porque ellos tienen mucha experiencia con alumnos que comienzan la escuela por primera vez”, sugiere Guy.
La doctora indica que, si luego de varias semanas o un mes, ve que el niño continúa llorando, que sigue negándose a querer ir a la escuela, o presentan problemas estomacales y dolores de cabeza, probablemente se debería hablar con el consejero escolar o tu médico de cabecera para ver si el menor necesita ayuda especializada.
Si el infante no recibe ayuda, y su condición empeora, esto puede afectar no sólo su comportamiento, tanto en la escuela como en casa, sino que puede poner en peligro su desempeño académico.
“Es importante dejarles saber a los niños, especialmente los más pequeñitos, que (la escuela) es un lugar divertido y seguro para ir a aprender”, acota la doctora.
Lo importante es saber —concluye la especialista— que no es una condición mental seria, sino que es algo normal. “Todos experimentamos nervios, incluso nosotros cuando comenzamos un nuevo trabajo”.
- La doctora Laura Guy, directora de Salud Mental del Programa de Salud Escolar del Hospital Montefiore, ofrece una lista con consejos que pueden seguir los padres:
- Mantener una actitud positiva y optimista cuando se habla de su nuevo grado o escuela. Resaltar lo emocionante que es conocer gente nueva y hacer nuevos amigos.
- Dígale a su hijo que estar nervioso es un sentimiento normal y asegurarles que se sentirán más cómodos con el tiempo. Comparta ejemplos de cómo usted se sintió durante su primer día en un nuevo trabajo y cómo lo superó.
- Visite la escuela antes de tiempo y concerte una cita con el maestro. Esto ayudará a que su niño se familiarice con el nuevo entorno.
- Comience una transición gradual para que los niños vayan a la cama 15 minutos más temprano y se despierte más temprano, una semana antes de que empiecen las clases, para que no comiencen la escuela cansados.
- Prepare a su hijo para el cambio en la rutina mediante su participación activa en el proceso.
- Prepáranse para la escuela juntos, comprando con entusiasmo los artículos de primera necesidad; empacar juntos la mochila y preparar comidas juntos.
- Durante la primera semana de regreso a la escuela es buen momento para que los padres lleven y recojan al niño ellos mismos, lo que los ayudara a entrar en la rutina con su apoyo.
- Para los preescolares, establecer grupos de juegos o un picnic con otros niños y sus padres para ayudarles a prepararse para su nuevo entorno y que se familiaricen con las caras y hagan amigos.