5 razones por las que Washington no escucha a los latinos

La reforma migratoria reclamada por millones de latinos sigue sin realizarse

WASHINGTON, D.C.— El activismo de grupos pro-inmigrantes ha incluido protestas, huelgas de hambre, recorridos a pie y en autobús, y actos de desobediencia civil frente a la Casa Blanca, pero más allá de promesas incumplidas y falsas esperanzas es poco lo que han conseguido.

Además de leyes estatales para facilitar las licencias de conducir a indocumentados y la puesta en marcha del programa de “acción diferida” (DACA), amparando temporalmente de las deportaciones a poco más de 600 mil “Dreamers”, su mayor logro ha sido que el Senado aprobara en 2013 una amplia reforma del sistema migratorio, que finalmente quedó sepultada en Cámara de Representantes.

El más reciente revés de la comunidad hispana fue la decisión del presidente Barack Obama -a quien premió con su voto en 2012 por el programa de acción diferida-, de postergar algún tipo de alivio migratorio temporal para millones de indocumentados, hasta después de los comicios legislativos del 4 de noviembre.

  1. Marginación política y electoral.— Los latinos son cerca del 17% de la población, pero apenas el 2.7% del electorado en las contiendas clave del Senado y el 5.4% en las contiendas clave de la Cámara de Representantes. Además, el 69% de los adultos hispanos son ciudadanos y solo el 49% es elegible para votar. Cada mes, más de 60 mil latinos nacidos en EEUU cumplen 18 años pero no todos se inscriben para votar.
  2. Los demócratas tienen el hispano en la bolsa.— En general, los latinos han demostrado ser fieles a los demócratas, pese a todo. En 2012, aún cuando Obama había roto la promesa de poner el tema de reforma migratoria en el tope de su agenda y deportado para ese entonces a 1.5 millones de indocumentados, un 70% de electorado latino votó por su reelección tras la aprobación de DACA casi al final de primer período. Obama reanudó su promesa de reforma migratoria para su segunda administración y los latinos confiaron nuevamente en él.
  3. División en el Movimiento Pro-Reforma.— Algunos grupos se alinean más con las posturas de la Casa Blanca y otros adoptan posturas más combativas. El movimiento pro inmigrante ya no se resume en marchas, sino en numerosas actividades y diversas estrategias de acción, pero que a menudo no coinciden en la forma ni en el método.
  4. Movimiento ‘Tea Party’.— El movimiento ultraconservador dentro -del Partido Republicano- gana cada vez más influencia en Washington respaldando a candidatos en contiendas locales y legislaturas estatales para ahondar el combate a los indocumentados y una mayor vigilancia en la frontera.
  5. La Reforma Migratoria no es prioridad en la agenda de demócratas o republicanos.— Siempre hay un motivo para que no sea el momento adecuado para realizar un cambio migratorio que incluya una legalización de indocumentados. Si en el debate por la reforma de salud, será la brutalidad de ISIS, el ébola en África o las dificultades de los demócratas en la elección intermedia, ni de la llegada de los niños.

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