Buscan dar nueva vida a ‘El Soldado’
Monumento en Sacramento honra a veteranos latinos de California
A pocos metros del Capitolio, en Sacramento, una estatua rodeada de plantas y sobre un pedestal simple, evoca a un soldado. Sin embargo, nadie sabe de qué se trata. No existe una placa con alguna explicación o que indique cuándo fue construida y por quién.
Pero esa estatua tiene historia.
Es la estatua de “El Soldado” y está dedicada a los hispanos que dieron su vida en las muchas guerras en las que participó Estados Unidos.
Durante la II Guerra Mundial (1939-1945), madres mexicanas de Sacramento, California, comenzaron a reunirse para compartir noticias e historias sobre sus hijos y otros familiares en los frentes de batalla. El grupo se conoció como “Madres Mexicanas de Guerra”.
En aquellos tiempos, la comunicación era por medio del correo regular. Claro, en los frentes de batalla no existían teléfonos. Entonces, las familias debían esperar semanas, o meses, para recibir noticias de sus seres queridos.
Más dramático aún era cuando recibían la notificación de que alguno de ellos había muerto y el posterior recibimiento del cuerpo de aquel soldado que un día partió al frente con orgullo y sueños a realizar a su regreso.
Las buenas y las malas noticias eran compartidas por estas madres y su círculo de familiares y amigos en lo que hoy llamaríamos “redes sociales”.
Entonces surgió la idea de un monumento en memoria de los caídos en aquellas tierras lejanas. Estas madres pusieron manos a la obra y empezaron a juntar dinero.
“Y lo hicieron al viejo estilo: por ejemplo, cocinando y vendiendo tamales”, dice emocionado Tanis Ybarra, de 69 años, quien fuera marine entre 1965 y 1969, y enviado a la Guerra de Vietnam entre 1967 y 1968. “¡Con gran esfuerzo reunieron 45 mil dólares!”
Primero cocinaban en sus casas. Luego empezaron a hacerlo en el centro comunitario conocido como Centro Mexicano, donde también preparaban menudo y otras comidas tradicionales.
Cuando reunieron suficiente dinero, encargaron la estatua a Italia y fue construida de mármol.
El Soldado
La estatua de El Soldado fue inaugurada en 1951 y fue emplazada frente al Centro Mexicano. Pero años después el edificio fue vendido y la estatua debía ser retirada. Una vez más, las madres aparecieron para ayudar a mantener este monumento recordatorio y evitar su desaparición.
Con su ayuda, la estatua fue trasladada a un parque cercano.
En 1975, la estatua sería trasladada una vez más. Esta vez al Histórico Parque del Capitolio. El corto viaje fue casi de incognito y hoy luce sola y sin placa explicatoria, a pesar de haber sido designada como monumento recordatorio estatal.
“Queremos completar el sueño de aquellas madres que empezaron a recaudar dinero para construir un monumento para honrar a los soldados hispanos”, dice Ybarra, padre de un hijo y una hija, residente de Sanger, California. Ybarra se jubiló hace pocos años como vicepresidente del Sindicato de Campesinos (UFW) y proviene de una familia que aportó varios voluntarios a las Fuerzas Armadas durante varias generaciones, empezando por su padre, quien luchó en la II Guerra Mundial.
“Lo que queremos hacer es completar el proyecto, incluir una placa recordatoria y arreglar el entorno para que los visitantes también aprendan de nuestro aporte al país en el terreno militar”, explica Ybarra a La Opinión. “Unos 70 hispanos han ganado la mayor distinción por heroísmo, nuestra contribución es muy importante”.
De acuerdo a información del Departamento de Asuntos de los Veteranos (CalVet), en California hay más de 270.000 veteranos hispanos de un total de 1.8 millones.
Según Ybarra, las obras de embellecimiento y realce de la estatua tienen un costo de $1.2 millones de dólares. “Llevamos recaudados unos $450,000 dólares, y también estamos tratando de reducir costos”.
Recientemente, el Banco Wells Fargo donó $50.000 dólares para el proyecto, mientras decenas de veteranos en el estado realizan, como las Madres Mexicanas, cenas o ventas de tamales para reunir el dinero necesario.
“Si las Madres lo hicieron hace 50 años, porqué no podemos nosotros?”, se pregunta Ybarra. “Queremos que se conozca nuestro aporte, que las escuelas hablen de esta historia!”