Los devotos musulmanes se duplican en México

Se estima en 4 mil el número de practicantes en el país

Creció en regiones con necesidades urgentes de apoyo como el poblado indígena de San Juan Chamula, en Chiapas.

Creció en regiones con necesidades urgentes de apoyo como el poblado indígena de San Juan Chamula, en Chiapas. Crédito: Getty

@GardeniaMendoza

México

A algunos mexicanos se les ponen los pelos de punta nada más escuchan la cifra oficial de casi 4,000 practicantes del Islam. “En las noticias parecen violentos, pero no sabemos si todos son así”, dice Andrés Rizzo, un ingeniero civil, a quien se le pregunta sobre su tolerancia religiosa frente a acontecimientos como la masacre de 12 caricaturistas franceses críticos a los musulmanes.

Lo cierto es que en las calles del país siguen viendo a los musulmanes de lejos y con extrañeza a pesar de que el islam se extendió con prisa en México desde que en el 2000, cuando el Instituto Nacional de Estadística y Geografía contó sólo 1,421 en todo el país.

Creció en regiones con necesidades urgentes de apoyo como el poblado indígena de San Juan Chamula, en Chiapas, que habían sido desplazados previamente por intolerancia religiosa. Hoy suma ya 500 seguidores.

La práctica del Islam creció en Chamula impulsada por el Movimiento Mundial Murabitun (MMM), que en 1994 envió a Chiapas al español Aureliano Pérez Yruela, mejor conocido como el emir Nafia, quien aprovechó la efervescencia del movimiento zapatista y convenció a algunos tzotziles.

Es pública la manera en que “enganchó” al primer islamista de nombre Salvador: lo persiguió por todas partes cuando éste dudaba de la religión musulmana por ignorar de qué venía, pero Nafia le habló con tal convicción en un mercado donde se lo encontró que un mes después el tzolzil tenía un nuevo nombre: Mohammad Alí

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