Veteranos: Insuficiente la “Ley Clay Hunt”
Aunque aplauden que el presidente Obama se aliste a promulgarla, dicen que hace falta más para evitar suicido de excombatientes
Washington.- Aunque los grupos de veteranos aplauden que el presidente Barack Obama se aliste a promulgar este jueves la “Ley Clay Hunt” para mitigar la aparente epidemia de suicidios entre excombatientes, consideran que esta no les da suficiente protección.
El Congreso aprobó recientemente la ley bipartidista de $22 millones para frenar los suicidios entre veteranos de guerra mientras aguardan atención médica, contratando a más psiquiatras y otros profesionales de salud mental.
La ley, que exige una evaluación independiente anual de los programas de prevención de suicidios del Departamento de Asuntos de Veteranos (VA), establece programas de apoyo para los veteranos y crea una página web con información sobre los recursos de salud mental disponibles.
“Todo esto me parece bien, pero debemos recordar que hay soldados que no están en el frente de guerra pero están expuestos a situaciones de peligro muy estresantes, como en la línea de suministros”, explicó a este diario el comandante Francisco Barragán, presidente de la Asociación de Veteranos Mexicoamericanos Unidos (UMAVA), en Santa Ana, California.
“El reajuste a la vida civil, el desempleo, el descalabro de la familia y problemas físicos o mentales pueden contribuir al suicidio, a que el soldado piense que su vida no vale nada o que al menos le deja un seguro de vida a su familia. Eso no se limita a los veteranos de guerra”, señaló Barragán.
Los hispanos componen 11.8% de los miembros en activo, y Barragán considera que éstos están “desproporcionadamente” afectados por múltiples despliegues a zonas de combate, lo que aumenta su riesgo. Actualmente hay 158,784 hispanos en las Fuerzas Armadas.
Entre los hispanos, el número de suicidios fue de 15 en 2011, 27 en 2012, y 21 en 2013, según cifras actualizadas del Pentágono.
La ley lleva el nombre de Clay Hunt, un Marine que prestó servicio militar en Afganistán e Irak, donde a duras penas escapó ileso del ataque de un francotirador, pero fue víctima de una severa depresión y trastorno de estrés postraumático (PTSD), que le llevó a quitarse la vida en 2011 pese a que participaba en programas de apoyo a los veteranos.