Los 5 latinos que le ponen acento español a las elecciones en EEUU
El año pasado, más de 25 millones de latinos tenían la posibilidad de votar en las elecciones de medio término de Estados Unidos. Eran el 11% del total del padrón. Por eso, la comunidad hispana, la primera minoría en ese país desde hace más de diez años, es uno de los principales objetivos que tienen en cuenta los políticos estadounidenses en sus actos públicos. El propio presidente Barack Obama llamó la atención con su intento de baile junto a Thalia y un spot en un forzado español para su reelección en 2012. Ahora, los candidatos sacan a relucir sus raíces latinas o buscan a representantes que las tengan para captar el voto que hoy puede ser decisivo en algunos estados, cuando ya comenzó la carrera presidencial para el año próximo.
MARCO RUBIO: UNA VERSIÓN REPUBLICANA DEL “SUEÑO AMERICANO”
Con padres cubanos y mujer colombiana, Marco Rubio combina el inglés y el español a diario. Él, uno de los tres senadores latinos y de los dos precandidatos presidenciales del Partido Republicano, busca aumentar la simpatía de los inmigrantes por el espacio conservador, que en las últimas elecciones presidenciales obtuvo sólo el 27% del voto hispano. ¿Cómo lo hace? Recordando la historia de sus padres.
“La razón por la que me apasiona tanto restaurar el sueño americano es porque la he vivido yo mismo. Mis padres vinieron a Estados Unidos desde Cuba en 1956 y forjaron su camino a la clase media trabajadora con empleos humildes… mi padre como camarero en hoteles y mi madre como empleada doméstica, cajera y vendedora”, dice en su página web. Lo que olvida contar esa biografía es que su abuelo paterno ya había intentado seguir el “sueño americano”, y que en ese intento recibió e ignoró una orden de deportación del gobierno de Estados Unidos.
Rubio, abogado y padre de cuatro hijos, llegó en 2010, y de la mano del ultraconservador Tea Party, al Senado, desde donde critica a países de la región como Cuba, Venezuela e incluso la Argentina. Dos años más tarde sonó como el posible candidato a vicepresidente por su encendido discurso en la Convención Republicana. En 2013, volvió a estar en boca de todos. Por primera vez, un republicano respondió en inglés y en español al discurso del Estado de la Unión de Barack Obama. El video se hizo viral pero no por el idioma: el senador frenó su breve discurso en inglés para beber un sorbo de agua.
Más alejado de la extrema derecha, y en consonancia con sus orígenes, ese mismo año Rubio elaboró una propuesta bipartidista para una reforma inmigratoria integral, que garantizaba la ciudadanía para los aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos una vez que aprendieran inglés, pagaran impuestos retroactivos y aprobaran una verificación de antecedentes. La ley fue aprobada por el Senado pero rechazada por los republicanos de la Cámara de Representantes. Más tarde, Rubio se distanció de su propia iniciativa. Ahora, el precandidato presidencial promueve un enfoque gradual, que comienza por asegurar la frontera. “Uno de los problemas que tengo con algunos grupos que están allá defendiendo la reforma migratoria, es que se acercan a este debate con el argumento de que tienen un derecho a estar aquí. No existe el derecho a inmigrar ilegalmente en ningún lugar del mundo”, afirmó el mes pasado. Evidentemente, a Rubio le gusta recordar la historia de sus padres, pero no la de su abuelo.
TED CRUZ: CUBA, CANADÁ Y EEUU
Darth Vader. Sus deseos de niño de convertirse en pirata. Twitter. Pasajes de la Biblia. Ashton Kutcher. El cuento clásico infantil de Dr. Seuss. No es fácil llenar de contenido un monólogo sin interrupciones de 21 horas y 19 minutos. Por eso, el senador Ted Cruz debió recurrir a esos temas, entre otros, cuando se quedó sin palabras para cuestionar el presupuesto presentado por Barack Obama al Capitolio en 2013. Finalmente, tras su maratón, logró el bloqueo de la votación y, luego, un cierre parcial del gobierno.
De 44 años, con sólo tres en el Senado y un pasado en el equipo de campaña de George W. Bush, Ted Cruz es una de las figuras más conservadoras entre los republicanos. Al lanzar su candidatura antes que nadie, el senador busca -siempre respaldado por el alicaído Tea Party-, devolver al partido a la extrema derecha.
En su anuncio como precandidato republicano, Cruz mencionó que su padre, Rafael Cruz, abandonó Cuba hacia el final de la dictadura de Fulgencio Batista en 1957 para casarse con una estadounidense. “Ellos no sabían que Castro era un comunista, lo que sabían era que Batista era un dictador cruel y opresor”, dijo Cruz para justificar una parte de su historia que él preferiría que no se sepa. A su padre lo detuvieron, torturaron y cuando lo liberaron, se fue a Estados Unidos con una visa de estudiante. Allí se quedó y luego se casó con Eleanor Darragh.
“Como hijo de un inmigrante cubano, el senador Cruz celebra la inmigración legal. Ha promovido medidas para asegurar las fronteras, reformar el sistema de inmigración legal, y defender el imperio de la ley”, dice su sitio. En rigor, él quiere aumentar las visas para trabajadores, pero derogaría las órdenes ejecutivas de Obama que ponen límites a las deportaciones. “Las políticas del presidente Obama han incentivado los contrabandistas de droga, abusadores de niños, asesinos y otros criminales peligrosos a traficar chicos inmigrantes en nuestra nación bajo condiciones peligrosas”, dice el precandidato, que nació en Canadá, a cuya ciudadanía ya renunció. Esa parte de su historia no le suma votos.
COLUMBA BUSH: DE MÉXICO A LA CASA BLANCA
No habría historia de amor entre Columba Garnica Gallo y John Ellis Bush (Jeb) de no ser por el español. En ese idioma se presentó en 1970 Jeb ante Columba en una plaza de León, México, cuando realizaba un intercambio con su colegio secundario. En español también, Jeb le propuso casamiento a “Colu” tres años después durante unas vacaciones en México. Ella le dio el “sí”, en español, al día siguiente. Y en el mismo idioma se desarrolló gran parte de la ceremonia católica de su casamiento en 1974 en en Texas, cuando ella tenía 20 años, uno menos que él.
Columba conoció a la dinastía Bush poco antes de la boda. En las primeras cenas, ella casi no pronunciaba palabra. Esa joven que había nacido en una casa humilde y marcada por la violencia en Guanajuato apenas comprendía el inglés. Ahora ya habla ese idioma pero sigue eligiendo el perfil bajo.
Sin embargo, la vida política de su familia política la obligó a hacer cosas que para Columba eran inimaginables. En 1988, dio un discurso en español en un acto para la campaña presidencial de su suegro, George H. W. Bush. En 1989 obtuvo la ciudadanía estadounidense para poder votar por su suegro. “No fue una decisión sencilla”, confesó.
Al día de hoy, Columba, protagonista de una biografía titulada “La Cenicienta de la Casa Blanca”, todavía reniega de la política. Es que no tuvo un buen comienzo como primera dama de Florida. Poco después de que Jeb asumiera como gobernador de ese estado (1999-2007), al regresar de un viaje en Francia, Columba declaró en la Aduana que llevaba 500 dólares en bienes, cuando en realidad llevaba 20.000. Enseguida se disculpó y pagó las penalidades, pero el tema quedó en agenda por varios días. “Yo no pedí unirme a una familia famosa. Simplemente quería casarme con el hombre que amaba”, se quejó Columba más adelante, y decidió pasar gran parte de sus próximo años en Miami y no en la residencia en Tallahassee, la capital del estado, junto a su marido. Tal es su rechazo a la vida política que hasta llegó a deslizar que los problemas de adicción de su única hija mujer, Noelle, estaban “absolutamente” relacionados con la exposición de su familia.
Por eso, recién con el aval que Columba le dio en el Día de Acción de Gracias del año pasado, en México, Jeb puso en marcha su carrera presidencial. Eso sí: antes le tuvo que prometer que le dedicará tiempo a su familia si es elegido.
Con Columba siempre presente, aunque no físicamente, Jeb dijo en abril del año pasado que la inmigración ilegal era “un acto de amor” y no “un delito”, palabras que causaron un terremoto dentro del Partido Republicano. Ahora todos esperan que Columba Bush abandone su perfil bajo y sea el as en la manga para la campaña de Jeb Bush para terminar de conquistar el voto hispano. “Le dije a Columba que ella debería hacer un buen discurso y darlo. Creo que sería un gran activo para el Partido Republicano para alcanzar a los latinos de este país”, le recomendó a través de la CNN Laura Bush, la mujer de George W. Bush (2001-2009). Habrá que ver, en primer lugar, si Columba estará al lado de su marido el próximo 15 de junio, cuando lance su candidatura.
LORELLA PRAELI: UNA “DREAMER” QUE ASESORA A HILLARY CLINTON
Tenía apenas dos años cuando la desgracia la golpeó en una esquina de Ica, su ciudad natal, en Perú. Un auto la atropelló y perdió su pierna derecha. Lorella Praeli era apenas una beba cuando tuvo que aprender a hacerle frente a las adversidades. Cuando ella tenía diez años, su familia entró y se instaló sin documentos en New Milford, Connecticut, para garantizarle un tratamiento para su pierna. En el colegio, nadie hablaba en español y la discriminaban porque era la única latina y lisiada. Años después, cuando se quiso inscribir en la Universidad Quinnipiac para estudiar Ciencia Política y Sociología, se enteró que era indocumentada. Obligada nuevamente a sortear obstáculos, convenció a las autoridades de que la aceptaran e incluso que la becaran. Se recibió con honores en 2011.
Nadie puede negar que Lorella Praeli es una luchadora. No sólo peleó por sus derechos en la escuela, en la universidad e incluso en Connecticut, sino también a nivel nacional: es una de las referentes de United We Dream, una red de jóvenes inmigrantes indocumentados en Estados Unidos que pelean por sus derechos. En 2012, el mismo año que ella obtuvo su “green card” (permiso de residencia), se alzó con su primer gran triunfo político: Barack Obama detuvo las deportaciones y otorgó permisos de trabajo a 1,4 millones de “dreamers”, a través de la Acción Diferida para Llegados durante la Niñez (DACA).
Ahora Praeli sueña con ayudar a los inmigrantes indocumentados desde la Casa Blanca. El próximo 15 de junio, y con apenas 26 años, será presentada oficialmente como la Directora de Acercamiento a la Comunidad Latina de la campaña de Hillary Clinton, hoy la precandidata demócrata con mayores chances para ganar las elecciones presidenciales del año próximo.
“Nos entusiasma contar con Lorella Praeli en nuestro equipo por su valor y perspectiva en la lucha a favor de las familias latinas en todo el país”, dijo la directora de Política Nacional de la campaña de Clinton, Amanda Renteria, también hispana, igual que José Villareal, el tesorero del equipo. ¿La ex senadora completará su “dream team” de hispanos con la designación de Julian Castro, llamado el “Obama latino”, como su vice?
LORETTA SANCHEZ: CANDIDATA A SER “LA PRIMERA SENADORA LATINA” DE EEUU
“Yo, Loretta Sanchez, me postulo para el Senado de los Estados Unidos”, anunció en inglés y español ante un público bilingüe el mes pasado. Después de 18 años como miembro de la Cámara de Representantes, esta mujer de 55 años busca saltar a la Cámara alta y ser la primera senadora latina en el Capitolio. Tiene una contrincante difícil: Kamala Harris, la popular fiscal general de California, demócrata como ella, pero que no habla español. “Entonces, ella no puede hablar con el 30 o 40 por ciento de la población”, cuestionó Sanchez en un acto antes de lanzar su candidatura. California es un estado típicamente “azul”, con un 38% de población hispana.
En sus 18 años en el Congreso, Sanchez ganó la fama de excéntrica. En el año 2000, organizó un evento para recaudar dinero para la campaña presidencial de Al Gore en la Mansión Playboy de Los Ángeles, pero la idea no cayó bien y debió cambiar de locación. Este año, hizo un ridículo “grito de guerra” dándose golpes en la boca para imitar a los nativos americanos, por el que terminó pidiendo disculpas. Pero algunos de sus actos curiosos son más simpáticos, como sus tradicionales cartas navideñas con imágenes de su gato blanco o un evento de recaudación llamado “margaritas y mambo”, en alusión a sus raíces.
Los padres de Loretta, María e Ignacio, emigraron desde México en la década de 1950 y se establecieron en el sur de California, donde criaron a sus siete hijos, dos de las cuales están hoy en la Cámara de Representantes: Loretta y Linda Sánchez (quien, a diferencia de su hermana, le pone tilde a su apellido).
Loretta, se especializa en temas de militares pero también tiene su posición formada en materia de migración: férreo control fronterizo para que Estados Unidos decida “quién entra y sale” del país y una reforma legislativa para arreglar los papeles de inmigrantes que residen ilegalmente, a quienes hay que cobrarles multas y enseñarles inglés. La mujer incluso se animó a criticar a Obama porque retrasó acciones sobre la inmigración, aunque reparó que la culpa en realidad era de los republicanos, los mismos a los que ahora pretende hacer frente en el Senado, con su auténtica impronta latina.