Trump y Clinton, en línea de fuego en primer debate republicano
Obama encarga a demócratas seguir el debate para “exigir cuentas” a los republicanos
Diez de los 17 precandidatos presidenciales republicanos ensayan sus mejores líneas de ataque para el primer debate de la temporada electoral, que el próximo jueves centrará los reflectores en el magnate Donald Trump y la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton.
Se prevé que en el primer debate del Partido Republicano, en Cleveland (Ohio), los precandidatos intenten, por un lado, desacreditar a Trump –quien lidera en las encuestas de su partido- y, por otro, atacar las propuestas de Clinton, la principal de los rivales demócratas que buscan suceder al presidente Barack Obama.
La fijación en Trump es entendible si se toma en cuenta que, desde que anunció su candidatura en junio pasado, el acaudalado empresario ha atraído una gran cobertura mediática –opacando a otros republicanos- por sus ataques contra los inmigrantes y el “establecimiento” de su partido.
Para este debate, organizado por Fox News, solo se ha invitado a los diez candidatos con mejor perfil en las recientes encuestas nacionales, y Trump sigue en la delantera en todas.
Una encuesta de NBC News y el diario The Wall Street Journal del domingo pasado indicó que Trump es la primera opción para el 19% de los votantes de las primarias republicanas, seguido por el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, con el 15%, y por el exgobernador de Florida, Jeb Bush, con un 14%.
Los debates, un ejercicio electoral que data del siglo 19, sirven de escaparate de las posturas y propuestas de quienes se postulan a la presidencia pero, según críticos, con frecuencia se reducen a declaraciones “hechas para la televisión”.
Aún así, los debates pueden marcar el tono del resto de la contienda, consolidando percepciones y ayudando a los candidatos a conectarse con sus votantes.
“No se gana a los votantes en un debate en las primarias con solo soltar datos y posturas políticas. El primer debate sirve, sobre todo, para establecer cuán agradable es un candidato; inconscientemente, los estadounidenses buscan a aquel en el que sienten que pueden confiar”, explicó Amy Showalter, asesora empresarial de campañas públicas y autora del libro “The Underdog Edge”.
Obama encarga tarea a demócratas
Obama, blanco predilecto de la ira conservadora, instó este martes en un correo electrónico a legisladores y donantes demócratas a que tomen buenos apuntes del debate para así preparar contrapuntos.
“Sintonicen, escuchen atentamente lo que digan los candidatos republicanos, y exijanles cuentas por tratar de deshacer todo el duro trabajo que hemos realizado para el avance del país”, señaló Obama en el correo difundido por su partido.
Tomando en cuenta la retórica republicana, Obama vaticinó que el debate será la repetición de promesas por anular la reforma de salud de 2010, su negación de las amenazas del cambio climático y su continua oposición a la reforrma migratoria y a la igualdad matrimonial en EEUU.
“Van a negar todo el progreso que hemos hecho juntos en los últimos seis años”, advirtió Obama.
Salvos contra los inmigrantes
Durante un foro la noche del lunes en New Hampshire, los precandidatos republicanos –Trump y otros dos faltaron a la cita, mientras que los senadores Marco Rubio, Ted Cruz y Rand Paul participaron vía satélite- buscaron afianzarse entre los conservadores con recetas de “mano dura” contra la inmigración ilegal en EEUU.
Además de atacar al liderazgo demócrata, los republicanos lanzaron salvos contra los inmigrantes indocumentados, recurriendo a frases para presentarlos como una amenaza nacional.
El exgobernador de Texas, Rick Perry, afirmó que la llegada de indocumentados es una “herida grave” que solo se puede sanar con medidas de contención, como un muro en la frontera sur, y la deportación.
En general, los precandidatos se arroparon con la defensa de los trabajadores estadounidenses para justificar la expulsión de inmigrantes “sin papeles”.
El foro en la Universidad St. Anselm no dejó dudas de que la inmigración ilegal será un tema dominante en la contienda, pese a que el candidato republicano Mitt Romney perdió el voto latino y la contienda en 2012 por recetar la “autodeportación” de los indocumentados.
Según observadores, para ganar la Casa Blanca los republicanos necesitarán el apoyo del 47% del voto latino, que será definitorio en los estados clave.
En la actualidad, la contienda por la Casa Blanca tiene 17 precandidatos del Partido Republicano y tres del Partido Demócrata, que además de Clinton incluye al senador Bernie Sanders y al exgobernador de Maryland, Martin O´Malley.
El vicepresidente Joe Biden tiene previsto anunciar el próximo mes si buscará o no competir por el puesto de su jefe.