Opinión: Una nueva esperanza en la lucha por el futuro de California
Los afroamericanos y los latinos están creando un movimiento político para contrarrestar décadas de políticas públicas fallidas
Por Alberto Retana, presidente de Communty Coaliton
Este martes se cumplen 50 años que las calles del Sur de Los Ángeles estallaron a causa de la desilusión y la ira de sus habitantes. La rebelión de Watts en agosto de 1965 dejó ver la frustración a causa del alto desempleo y la falta de recursos de una comunidad que estaba siendo olvidada.
El sur de Los Ángeles enfrenta muchos de esos problemas hoy día, pero en esta ocasión en vez de incendios y destrucción, los afroamericanos y latinos están creando un movimiento político para contrarrestar décadas de políticas públicas fallidas y están poniendo en marcha nuevas políticas para reconstruir la promesa de mejores oportunidades en California.
Junto a otras comunidades como el Sur de Los Ángeles, aprobamos la Propuesta 30 para financiar nuestras escuelas y la Propuesta 47 para brindar una segunda oportunidad a millones de personas. Estamos presionando a los políticos para que aumenten el sueldo mínimo y nos estamos asegurando que los fondos vayan a donde tienen que ir y dar prioridad a quienes más lo necesitan.
Ahora, enfocamos toda nuestra atención en reformar el sistema fiscal corrupto para poder financiar la educación, los servicios e infraestructura.
El Sur de Los Ángeles se beneficiaría enormemente si se cierran los agujeros fiscales de la Propuesta 13.
Según un estudio del programa de medio ambiente y equidad regional de la Universidad del Sur de California (USC), el condado de Los Ángeles obtendría $2,900 millones al año si se cierran los agujeros fiscales que permiten a los ricos, dueños de propiedades y a las grandes corporaciones evadir impuestos al no pagar su parte justa.
Este dinero sería destinado a nuestros distritos escolares para que sea dirigido a las escuelas más necesitadas, a la ciudad para que arregle las calles y limpie nuestros parques, a los colegios comunitarios para que ofrezcan más clases y evite que suban las colegiaturas.
La mejor parte de la política que nuestro movimiento propone es que vamos recaudar estos fondos tan necesarios y al mismo tiempo vamos a mantener las protecciones para dueños de viviendas e inquilinos, además de ofrecer incentivos fiscales a pequeños negocios.
Estamos muy cerca de cambiar esta política que creó condiciones injustas para financiar a los gobiernos locales y desfalcó a comunidades como el sur de Los Ángeles.
Imagínese lo que miles de millones en fondos adicionales podrían significar para estudiantes en el Este de Los Ángeles, para los poblados al borde de la frontera en San Diego, para las comunidades en San Bernardino plagadas de viviendas hipotecadas, los campesinos en Bakersfield y las minorías en el área de la Bahía que combaten el aburguesamiento.