Puig les pide a sus compañeros que lo entiendan
El cubano defiende su personalidad alegre y no le preocupa si los Dodgers deciden cambiarlo
Tres años después de haber llegado de Cuba, Yasiel Puig todavía está tratando de entender cómo puede hacer que su personalidad encaje en el equipo de los Dodgers.
Su carácter alegre, bullicioso y jacarandoso ha sido un obstáculo para que el originario de Cienfuegos haya podido encontrar su zona de confort dentro del club.
“Una cosa es ser alegre y otra inmaduro, son dos cosas muy diferentes”, dijo Puig antes de un partido reciente en Dodger Stadium.
El pelotero admitió que debe de cambiar ciertas actitudes dentro del vestuario, pero al mismo tiempo pidió a sus compañeros de equipo que hagan un esfuerzo por entender su personalidad.
“Poco a poco ha tratado de adaptarme con mis compañeros, pero ellos también tienen que adaptarse a nuestra cultura, a como somos nosotros (los latinos). Las personas no cambian de un día a otro, tienen que entenderme como soy día a día. Yo estoy tratando de entenderlos a ellos, así como yo espero que ellos me entiendan”, apuntó.
Puig afirmó que le gustaría que los Dodgers se contagiaran de su alegría para que el equipo se quite esa tensión, que a su parecer, no les deja dar su mejor versión en el terreno de juego.
“No importa hace cuantos años llegué aquí, ni cuantos años esté aquí; con los años voy a ir madurando, pero mi personalidad nunca va a cambiar, siempre seré la misma persona alegre que soy ahora”, aseguró el jardinero de 24 años de edad. “A mí me gusta la alegría y eso es lo que este equipo necesita, necesita esa alegría para ser mejor en el terreno”.
Temporada con obstáculos
En su tercera campaña con los Dodgers, Puig ha enfrentado serios problemas para establecerse como uno de los líderes del equipo.
En semanas recientes surgieron informaciones en el sentido de que Puig está viviendo momentos complicados debido a que la relación con sus compañeros no es buena. Inclusive, se supo que los Dodgers lo pusieron en la lista de transferibles antes de la fecha límite de transacciones, pero después reconsideraron.
El martes en Oakland, Puig sufrió una molestia muscular en la parte posterior del muslo derecho. El miércoles le hicieron una resonancia magnética y su estatus es “día a día”.
Lesiones constantes, baja productividad (.250 de promedio de bateo, 10 cuadrangulares y 35 carreras producidas), y animosidad al interior del vestuario han creado este año una atmósfera que en el futuro pudiera cambiar la ruta del cubano en las Grandes Ligas.
“Yo llegué a este país a jugar beisbol. Gracias a Dios Dodgers es el primer equipo que tuve en Grandes Ligas y aquí estoy. Desde el primer día me gané a la afición por mi forma de jugar, estoy muy agradecido con el club y con el público“, dijo Puig esta vez con mucha seriedad.
“Yo vine a jugar beisbol donde sea, nunca pensaba que iba a jugar fuera de Cuba y hoy estoy jugando en los Estados Unidos y si Dodgers decide cambiarme y me toca irme, me iré como otros de mis compañeros; como (Juan) Uribe, como Hanley (Ramírez). No importa, ellos siguen haciendo su trabajo y así va a pasar conmigo”, agregó.
Consciente que después de esta campaña pudiera ser transferido a otro equipo, Puig resumió en una sola frase lo que siente al respecto.
“La vida no se acaba”.