Enlace: Paranoia por la inmigración
Donald Trump insiste en atacar a quienes no tienen papeles porque son un blanco vulnerable
Debido a la enorme atención que ha generado el mensaje antiinmigrante de Donald Trump, millones de personas creen que los indocumentados son la mayor calamidad que enfrenta Estados Unidos. Además de acusarlos de fomentar el crimen, de abusar de la asistencia social y de quitarle trabajos a los ciudadanos de este país, se asume que a diario llegan docenas de miles a través de México.
Hasta ahora, sin embargo, el magnate no ha dado una sola cifra ni argumentos sólidos que respalden su retórica contra los inmigrantes. Una mirada a estudios serios indica que el problema de la inmigración ilegal, si bien es prioritario, no constituye –como lo presenta Trump- una amenaza a la estabilidad nacional.
Un reciente reporte del Pew Research Center apunta, por ejemplo, que lejos de aumentar, la población de indocumentados ha declinado. De los 12 millones que se estimaba residían en el país antes de la Gran Recesión –entre 2007 y 2009- ahora solamente quedan 11 millones debido a que muchos se fueron por razones económicas o porque los deportó la administración Obama.
Esos 11 millones representan sólo el 3% de la población total de Estados Unidos, un porcentaje ínfimo que se ha mantenido estable desde hace seis años.
Pero Trump insiste en atacar a quienes no tienen papeles porque son un blanco vulnerable. Además de pretender deportar a todos y erigir un muro en la frontera con México, el millonario desea quitarles la ciudadanía a los hijos de indocumentados nacidos aquí, según él para desalentar la inmigración ilegal. Sin embargo, esta propuesta, además de ser inconstitucional e inmoral, simplemente no tendría razón de ser porque el número de bebés cuyos padres carecen de papeles ha declinado de manera consistente. El Pew Research Center indica que la cifra pasó de 370 mil en 2007 a 295 mil en 2013.
Por lo que toca a la idea de erigir un muro, es bien sabido que la frontera con México es ya bastante segura y que el número de inmigrantes que cruza por ella ilegalmente se ha reducido de manera sustancial. A ello se agrega el hecho de que el 40% de los indocumentados llega a este país por avión.
Finalmente, la propuesta de deportar a todos los indocumentados es tan absurda que no merece siquiera un análisis. No sólo sería incosteable sino que destrozaría a innumerables familias y causaría un daño y un caos inimaginable a los millones de personas y negocios que dependen de los indocumentados.
Trump lo sabe bien, pero explota el tema sólo para escandalizar más. Tal parece que entre más descabelladas son sus ideas más suben sus bonos. Eso es lo inquietante.