Editorial: ¡Dé el paso y hágase ciudadano!
Si es residente legal, actúe ya para tener una participación plena en EE.UU.
La ciudadanía es la mayor aspiración que puede tener un inmigrante que ha formado su vida en Estados Unidos. O debería serlo. De lo contrario, la persona pierde la oportunidad de ser una parte de integral de esta sociedad y a que se escuche su voz en los asuntos relevantes para su familia y para la nación.
El debate de la primaria republicana presidencial puso precisamente a discusión el tema de la ciudadanía en medio de su paranoia sobre los inmigrantes. El deseo de llegar a un sector de la base partidaria xenofóbica hizo que algunos precandidatos especulen, sin base alguna, con cambiar la interpretación de la Constitución para privar de la ciudadanía a los hijos de indocumentados nacidos en Estados Unidos. James Madison, quien fue uno de los creadores de la Constitución, debe revolcarse en su tumba con las barbaridades que se dicen sobre el principio de que quien nace en en este país es ciudadano sin importar de dónde viene.
El tono odioso hacia los inmigrantes que ha tomado la primaria republicana es un buen ejemplo del por qué es importante hacerse ciudadano. Para quejarse de los políticos antiinmigrantes no se necesitan papeles, para evitar que lleguen al poder se necesita la plena participación cívica y ejercitar el voto.
Hay muchos otros motivos para hacerse ciudadano. Se abren más oportunidades laborales, como empleos gubernamentales, como las posibilidades educativas, se ganan derechos civiles y protecciones, se puede traer familia y, fundamentalmente, dejar atrás de una vez por todas el temor a la deportación.
No obstante, la cantidad de residentes legales que optan por la ciudadanía son pocos. Cerca de dos tercios de los 5.4 millones de mexicanos con papeles no han dado todavía ese paso. Los diversos estudios realizados sobre la ciudadanía señalan que las dificultades con el inglés y el costo del proceso son los principales obstáculos para la mayoría de los inmigrantes. Es preocupante que entre los residentes legales mexicanos haya un alto porcentaje (26%) de personas desinteresadas, según Pew Hispanic.
Hoy, Día de la Ciudadanía, es el momento para pensar si, siendo un residente legal, se prefiere ser un ciudadano de segunda clase o ser parte integral de esta nación. Hay muchas organizaciones comunitarias que dan orientación y apoyo. No desperdicie la oportunidad, hágalo por usted y su familia.