Editorial: La fantasía de la inmigración
Se redujo la emigración de México a pesar del agresivo discurso republicano
La inmigración indocumentada mexicana se ha reducido según un análisis del Pew Research Center de cifras oficiales de México y Estados Unidos. El que se estén regresando más mexicanos a su país de los que se aventuran a cruzar la frontera para buscar mejores oportunidades es una tendencia que se viene manifestando desde hace varios años.
La pérdida de empleos durante la Gran Recesión, los refuerzos en la frontera y el incremento de las deportaciones han desalentado la ida hacia el norte de los mexicanos, siendo muchos más los que se regresan que los que vienen.
Esta realidad parece no registrarse en el discurso que por años se escucha en la bancada mayoritaria del Congreso y en el actual debate entre los precandidatos presidenciales. El agresivo discurso de Donald Trump contra los inmigrantes mexicanos transformó la elección primaria en una competencia de quien es más duro en contra de los indocumentados. Es una carrera de quien quiere deportar, encarcelar y dividir familias con más rapidez. La voces razonables entre los precandidatos debieron de cambiar de tono o se vieron relegadas al fondo de las encuestas.
El problema del tema migratorio es que los datos y la realidad ha sido reemplazados en un importante sector de la base republicana por anécdotas, impresiones e inexactitudes. Los indocumentados se transformaron en un blanco ideal para explicar la falta de empleos, los salarios bajos, los déficits, la inseguridad pública y todo aquello malo dificil de explicar.
Las transformaciones económicas que llevan a una sociedad cada vez más desigual, son reducidas a un problema migratorio. Una excusa conveniente especialmente para los republicanos que promueven políticas impositivas que causan la disparidad.
Es indignante que políticos y candidatos, lejos de mostrar liderazgo, se dediquen a alimentar las creencias falsas de una parte del electorado y las promuevan activamente para ganarse sus favores. La “invasión” de indocumentados mexicanos es parte de la narrativa de que el presidente Obama tiene la frontera desprotegida y sus políticas alientan la entrada de gente.
Decir que la realidad es precisamente lo contrario, como señala el análisis, sería reconocerle un mérito político al presidente. Esto es impensable en el clima republicano actual en donde la fantasía domina el debate sobre inmigración.