Editorial: La victoria de la alternancia en Argentina
Con el triunfo de Mauricio Macri se cierra un periodo de 12 años del kirchnerismo
El resultado de la elección presidencial en Argentina marca un nuevo rumbo después de 12 años de gobierno bajo la sombra de los Kirchner, primero con Nestor y luego su Cristina. Los argentinos mostraron estar agotados de la retórica de un gobierno marcado por la arrogancia y corrupción.
Precisamente esa arrogancia del gobierno es la que sepultó las oportunidades del candidato oficialista, Daniel Scioli, al impedirle poner distancia del desgastado gobierno de Cristina Kirchner. Por ejemplo, poniendo al secretario técnico de la presidencia y mano derecha de Cristina, Carlos Zanini, como compañero de fórmula de Scioli y candidateando a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, a la figura más desprestigiada del entorno de Cristina, su jefe de gabinete, Anibal Fernández que también perdió.
Por su parte, el ganador de la contienda, el jefe de gobierno de la capital del país, Mauricio Macri, hizo historia al romper el ciclo de gobiernos peronistas y radicales, al ganar con su agrupación Cambiemos. Su campaña aglutinó el descontento de la mayoría de los argentinos muchos de ellos no simpatizan necesariamente con Macri “pero no puedo votar por más de lo mismo” fue muy fuerte.
El oficialismo trató de pintar a Macri, un ingeniero y empresario, como un regreso al pasado con una política económica neoliberal de ajustes y privatizaciones, con su cuota de corrupción. En cambio, el candidato dejó una imagen de ambivalencia entre su manera de pensar en el pasado y sus promesas electoral. Lo cierto es que se romperá el alineamiento con Venezuela y los gobiernos de izquierda de la región. No hay que caer en la tentación de nuevo gobierno que considera que todo lo pasado está malo y que la historia comienza con ellos.
El próximo presidente enfrenta serios problemas económicos, una delicada situación cambiaria y una inusual acción judicial en Wall Street que dependiendo como la resuelva sumará casi 8 mil millones de dolares adicionales a fondos de inversión. Esperamos que en este último caso mantenga la política actual argentina de desafiar lo que es una anomalía legal.
Una nueva etapa se abre en Argentina, la alternancia es el triunfo de la democracia. No es hora de revanchismos, ni de ganadores ni perdedores. La elección muestra un país dividido que requerirá el trabajo de todos los argentinos. El nuevo presidente necesita respaldo, o al menos el beneficio de la duda para poder actuar, porque como en el hipismo los caballos se ven en la pista.