Hay muchos tipos de contaminación

En días pasados se reunieron en Paris 130 jefes de estado para inaugurar los trabajos de análisis sobre la contaminación atmosférica y sus efectos.

Lo complicado de todo esto es que en tanto los Estados Unidos y China no reduzcan las emisiones de la combustión de carbón, no importan mucho los esfuerzos que se hagan en el resto del mundo, porque no bajara significativamente la contaminación atmosférica.

Desde luego, hay países como la India, Canadá, Brasil, y Australia, entre otros, que están en el segundo nivel y que tienen que hacer un esfuerzo para reducir las emisiones contaminantes.

Hoy, como en épocas anteriores, se enfrentan los científicos con los políticos. Lo anterior es una pena porque la contaminación, que puede acabar por destruir la vida en la tierra, es un problema que nada tiene que ver con las posiciones políticas de los distintos partidos en los países.

Estos enfrentamientos han existido en épocas pasadas. Por ejemplo, cuando se pensaba que la Tierra era plana, si algún científico se atrevía a decir que era redonda, podía ser enjuiciado por los políticos que consideraban esa afirmación casi como blasfemia. Lo mismo sucedió con quienes descubrieron y comprobaron que la Tierra giraba alrededor del Sol y no como se afirmaba que era el Sol el que giraba alrededor de la Tierra.

Un ejemplo actual es el Partido Republicano en los Estados Unidos que no acepta las afirmaciones de los científicos de que existe una contaminación atmosférica que puede afectar la vida sobre el planeta Tierra.

No creo que la reunión en Paris con tantos participantes vaya a producir importantes acuerdos internacionales, pero espero que como consecuencia de esas reuniones se lleve a todos los países información y compromisos de acciones que ayuden a concientizar a todo el mundo sobre la gravedad del problema.

Además de la contaminación atmosférica, hay una pavorosa contaminación de mares, lagos, y ríos, debido a que por muchos años hemos estado arrojando desechos contaminantes a ellos. Asuntos como este no requieren de acuerdos internacionales para ser resueltos. Se requiere de la voluntad de un gobierno, que independientemente de la política, siendo consciente del daño presente y futuro, haga lo procedente para acabar con esa contaminación.

Por ultimo, quiero comentar que existe otra contaminación muy dañina y es la de la mala información. Con el manipuleo de la información por intereses particulares y con la enorme cantidad de datos no precisamente sustentados que se transmiten a través de todos los medios de comunicación, se confunde a la gente, se complica conseguir apoyos para tomar las medidas correctivas necesarias, y los problemas crecen, en lugar de reducirse.