Editorial: Hay que ajustar la ley de armas en California
Hay que eliminar las armas de asalto cuyos cargadores pueden ser manipulables

Armas que encontraron dentro del vehículo en que viajaban Farook y Malik el 2 de diciembre. Crédito: Sheriff de San Bernardino
Hace 26 años California aprobó una de las leyes más estrictas de la nación para regular las armas de asalto, después de haber sufrido a lo largo de un tiempo numerosas masacres en lugares de comida rápida y en escuelas. El cambio en la ley era para evitar la repetición de este tipo de matanza con el poderío mortal de un fusil automático.
Lo ocurrido hace unos días en San Bernardino, más allá de los motivos que llevaron a los asesinos a cometer los asesinatos, refleja que la ley necesita ajustes para evitar la manipulación del arma con el fin de automatizarla y convertirla en una verdadera arma de guerra.
En su momento se eliminaron modelos específicos de armas y a otras se les prohibió que usen cargadores reemplazables para limitar la cantidad de disparos. Este tipo de fusiles con cargadores fueron los usados en las masacres desde Columbine hasta Sandy Hooks y al cine en Aurora, Colorado.
La respuesta de la industria de las armas de fuego a la regulación de California de 1989 fue al estilo de hecha la ley, hecha la trampa. Se hizo una reforma para “arreglar”, por ejemplo el fusil AR-15, para que no se pueda cambiar el cargador y seguir vendiendo el arma al gigantesco mercado californiano.
El problema es que cualquiera puede reformar fácilmente el arma para anular el “arreglo.” Se le colocó un “botón de bala” o sea que el cambio no se puede hacer con el dedo, pero sí con la punta de una bala. La reforma respeta la ley que exige que si se remueve la traba, se haga con una herramienta, una bala es una herramienta según una definición federal.
Lo que no se respeta es el espíritu de la ley.
La intención era sacar de las manos de los civiles el poderío destructivo de un fusil automático que es una arma de guerra con el fin de matar con rapidez. Estos no sirven como arma deportiva.
El ex senador Darrell Steinberg quiso prohibir el arma “arreglada” en 2013 con la medida SB374, pero fue vetada por el gobernador Brown. Es necesario pensar un poco más en el derecho a la seguridad de la comunidad y menos en el derecho a llevar armas. Se debe prohibir la venta de fusiles manipulables, esa es una de las lecciones de esta matanza.