Editorial: Lo importante es la representatividad de los distritos
La Suprema Corte debe mantener el principio de "una persona, un voto"
En la década de los sesenta los tribunales determinaron el principio de “una persona, un voto” que ha regido hasta el día de hoy en la elaboración de los distritos electorales, que cada estado realiza después del Censo de población. La idea central es que, en lo posible, cada distrito contenga una cantidad similar de habitantes sin importar su condición legal o edad. Es la base del sistema representativo, el cual quiere ser modificado ante la Suprema Corte en detrimento de los latinos y los centros urbanos.
Una demanda en Texas alega que ahora los distritos son muy dispares entre sí en cuanto a la cantidad de votantes se refiere, aunque sean parecidos en el total de habitantes, contando a las personas que no son ciudadanas, menores de edad y convictos, entre otros. Los demandantes dicen que el poder del voto es mayor cuando es en un distrito donde hay menos votantes que cuando hay muchos votantes.
La acción judicial está promovida por el conservador Project on Fair Representation de Texas, cuyo fin es reducir la influencia de las minorías étnicas y raciales. Ellos tienen ante el Alto Tribunal otra demanda para eliminar la acción afirmativa en la universidad estatal y son responsables del caso que diluyó la protección contra la discriminación de la Ley de Derechos del Votante.
Este es un caso eminentemente político. La victoria de los demandantes puede significar una redistribución de distritos mayúscula con una gran desigualdad en la cantidad de población general como resultado de buscar una paridad de votantes. Los Estados como California, Florida, Illinois y Nueva York se verían perjudicados por tener muchas personas que no votan. Mientras que los Estados con alta población rural y republicanos -donde vive 19% de los estadounidenses- se verían beneficiados políticamente por sobre los mayormente demócratas centros urbanos -81% de la población, según el censo del 2010.
El problema es que si se quisiera contar solo a los votantes, no hay manera confiable de hacerlo. Más importante aún, es la protección del derecho a la representación de todos los integrantes de un distrito por sobre los cálculos subjetivos que dicen proteger exclusivamente al votante en perjuicio del resto. La Constitución habla de tomar en cuanto a todos por igual a la hora de marcar distritos y así debe seguir.