En recuerdo de Alan Rickman: por qué su voz y carisma serán añorados (videos)
La muerte del actor inglés, estrella de 'Die Hard' y la saga 'Harry Potter', deja al cine huérfano de una de las presencia más carismáticas de la pantalla
Siempre se ha definido a Alan Rickman como el villano por excelencia del cine contemporáneo.
No cabe la menor duda de que sus actuaciones de “Die Hard”, las muy infravaloradas “Robin Hood: Prince of Thieves” y “Quigley Down Under”, y, en cierta forma, en las ocho películas de la saga Harry Potter, donde dio vida al muy ambiguo (en sus intenciones) Profesor Severus Snape, dejaron claro que nos encontrábamos con una de las presencias más enigmáticas, sofisticadas y amenazantes de la gran pantalla.
Pero limitar la influencia de este actor sensacional, nacido en Londres en 1947 (la misma ciudad que vio nacer al también recientemente fallecido David Bowie), a su papel de malvado, sería injusto.
Porque, a fin de cuentas, Rickman era un intérprete romántico: sus actuaciones en “Truly Madly Deeply”, “Sense and Sensibility” (con Kate Winslet), “Snow Cake” (junto a Sigourney Weaver) y, sin lugar a dudas, “Love Actually”, donde dio vida al marido adúltero de Emma Thompson, dibujaron un hombre de compleja emotividad, cuyas inflexiones de voz eran capaces de hacernos sentir las vicisitudes (romances y amarguras) de unos personajes que siempre hizo accesibles.
No sólo eso: dirigió “The Winter Guest”, primero en teatro y después en cine, ésta con Emma Thompson (con quien compartió cartel en varias ocasiones), una entrañable historia de amor entre madre e hija (papeles que encararon las madre e hija en la vida real, Phyllida Law y aquélla).
Por supuesto, Alan Rickman es reconocido por una gran mayoría de público por su participación en la franquicia del mago creado por J.K. Rowling (y también por su innegables dotes de comedia en “Galaxy Quest” o “Alice in Wonderland” y su secuela de próximo estreno, “Alice Through the Looking Glass”, donde prestó su voz a la Oruga Azul).
Pero el ganador del Golden Globe, el SAG y el Emmy (por su papel en “Rasputin”), reconocida estrella del teatro británico (en obras como “La gaviota”, de Chekhov, “Romeo & Juliet” y “As You Like It”, de Shakespeare, “Private Lives”, de Coward, o ” Les Liaisons Dangereuses”, de Christopher Hampton, por la que fue nominado al Tony), será siempre recordado por su presencia magnética, pronunciación impecable y mirada nostálgica.
El cine, la televisión y el teatro han perdido a un intérprete simplemente fascinante.