El curioso caso de San Diego, donde se desperdicia el agua potable

En medio de una sequía histórica, este condado desecha millones de galones de agua; ¿por qué?

Una planta desalinizadora en el pueblo de Hadera, en el norte de Israel, convierte el agua de mar en agua potable.

Agua potable.  Crédito: Archivo | Getty Images

El estado de California lleva cinco años en apuros por la sequía histórica que acecha a sus residentes. Y la carga que deja la falta de agua cae, sobretodo, encima de cada municipio para que el suministro de agua sea moderado y que acate a lo acordado por el estado.

Entonces, ¿por qué en San Diego se deshecha agua potable en cantidades millonarias?

Según el portal Voice of San Diego, el condado fronterizo ha vaciado más de 500 millones de galones de agua potable a su reserva en Chula Vista, dada su sobre abundancia del líquido vital.

Y es que una vez que el agua ya purificada toca las aguas del lago, el proceso de filtración tiene que reproducirse — obligando a los residentes del condado a vaciar nuevamente sus bolsillos para filtrar el líquido.

Pero lo más indignante es que el agua que vacían al lago es purificada por medio del proceso de desalinización. Es decir, el condado de San Diego invirtió millones de dólares en procesar agua de mar para su consumo humano, en vano. Desalinizar un acre de pie de agua (326,000 galones de agua) cuesta $2,311.

El Voice of San Diego relata que la bizarra situación es resultado de una decisión que se tomó hace año para evitar caos por la demanda insaciable de agua que ocurriría durante una sequía — como la que ahora enfrenta el Estado.

Hace años, la Autoridad de Agua del Condado de San Diego, agencia que rige el suministro de agua, previó que en años próximos el agua potable sería un recurso escaso en su poblado, por lo que se decidió apoyar esfuerzos nada económicos para cerciorar el futuro del líquido vital, así dándole vida a la planta de desalinización que ahora opera en Carslbad. El proyecto se realizó con fondos del condado — una suma de $1,000 millones.

Pero la agencia jamás se puso a considerar las estrictas medidas que el gobernador Jerry Brown tomaría al enfrentarse con la sequía más severa de nuestra historia. En abril de 2015 declaró un estado de emergencia por la escasez de agua y obligó a reducir el consumo a un 25%, en comparación a cifras de consumo de 2013. 

En febrero se cumple el plazo para acatar con la medida, pero la Junta Estatal de Recursos de Agua documenta cada mes el consumo de cada ciudad por medio de su agencia suministradora.

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Así que mientras San Diego goza de su abundante manantial de líquido potable, sus residentes optan por conservar el agua, tal como dicta la nueva norma en California: cada gotita cuenta.

Como resultado, unos 554 millones de galones de agua desalinizada ahora se encuentra mezclada con aquella que yace en el lago de reserva Lower Otay y que ahora no puede ser consumida sin ser procesada nuevamente — una cantidad que fácil suministraría suficiente agua para 14,000 personas por todo un año.

La Autoridad de Agua dice que el problema nace con el Distrito Metropolitano de Agua del Sur de California (MWD): envían más agua de la que necesitan, y pese que el condado ha pedido que esto cese, el MWD se niega en conceder el pedido.

Un portavoz de la agencia estatal dijo al Voice of San Diego que es imposible detener el traslado del agua procesada sin invertir fondos en cambiar la tubería, la cual está diseñada físicamente para trasladar cientos de galones de agua por segundo.

El costo del agua procesada por el MWD es de $942 por acre de pie, pero el condado se dedica a comprar el agua desalinizada porque así se acordó cuando se aprobó la construcción de la planta desalinizadora. ¿Y todo el agua que manda MWD? La Autoridad de San Diego asegura que no pagará un solo centavo.

De tal manera evoluciona el conflicto entre MWD y la Autoridad de Agua, uno que pronto podría convertirse en litigio, aunque ambos partidos tratan de evitar ese fin por el costo masivo que dejaría la guerra en el tribunal.

Una solución que ofrece el Condado es pagar tarifas más bajas por el agua que envía el MWD. Por su parte, el MWD dice que podría cambiar la cantidad de agua que transporta la tubería. Hasta el momento no se ha llegado a un acuerdo.

¿Otra solución? Permitirle a los residentes consumir más agua.

La Autoridad del Agua del Condado es una de las agencias que ha denunciado el mandato del gobernador de reducir el consumo. La semana pasada el organismo envió una carta a la Junta Estatal de Recursos de Agua en la cual expresaron que el recorte era injusto para el condado de San Diego, ya que éste lleva años preparándose para enfrentar la crisis de agua.

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