Editorial: El tono denigrante de la elección
La primaria de hoy es una evolución de un proceso interno republicano que lleva años en gestación.
“No debes hablar mal de un compañero republicano” es el undécimo mandamiento establecido por el ex presidente Ronald Reagan. El ex mandatario es el héroe partidario a emular por los precandidatos presidenciales, pero su máxima es la más ignorada en la primaria. Y a medida que se acercan los momentos de definición, el tono del debate se denigra cada vez más.
La presencia del millonario Donald Trump es un factor central para que la discusión de posturas y propuestas se convierta en agresiones verbales a los inmigrantes, China y a quienes culpa de perjudicar a país, y en insultos personales a sus competidores.
Hoy que está en juego una significativa cantidad de delegados en 13 estados, entre primarias y asambleas, el nivel cayó al punto de que durante el fin de semana se hable sobre las orejas grandes del senador Marco Rubio y las manos pequeñas de Trump. En general, a la acusación de “mentiroso” que se han intercambiado por semanas entre los favoritos, Trump, Rubio y el senador Ted Cruz, se suma la de estafador a Trump, la de débil por tener pánico escénico a Rubio y la tramposo a Cruz. El gobernador de Ohio, John Kasich, es el único que permanece con un tono de civilidad.
No debe sorprender el éxito del tono agresivo y hasta insultante en el populismo republicano porque ese lenguaje de intolerancia es el que dominó al Tea Party, es el que condujo a los ataques denigrantes al presidente Obama y es el que escucha en la bancada mayoritaria del Congreso. La primaria de hoy es una evolución de un proceso interno republicano que lleva años en gestación.
La historia de Estados Unidos tiene numerosos capítulos en que los candidatos presidenciales y su gente, se insultaron despiadadamente. Los calificativos llegaron a denunciar en 1828 a la madre del general y candidato presidencial Andrew Jackson como una “prostituta común traída por soldados ingleses”. También se dijo que la elección de Thomas Jefferson iba hacer que se “enseñe y practique” la violación, adulterio e incesto”.
En una elección presidencial hay mucho en juego y los ataques como la publicidad negativa, dan resultados. Pero el clima de la primaria republicana supera lo imaginable al día de hoy, desgastando terriblemente a quien salga electo candidato, perjudicando a quien en noviembre busque el voto de los estadounidenses.