La vida de Medrano está ahora en manos de un jurado
Caso de supuesto rapto de menor por 10 años termina y pasa a deliberación
Un jurado tiene ahora en sus manos el futuro de Isidro Medrano García, el hombre del condado de Orange acusado de raptar, violar y retener por 10 años a la hija de su expareja cuando la ahora mujer era entonces una adolescente.
El martes se presentaron los alegatos finales del caso que duró nueve días.
Los 12 miembros del jurado luego tomaron el caso por la tarde y este día continuarán deliberando.
El inmigrante mexicano enfrenta cargos de secuestro, violación y abuso sexual de una menor, que le supondrían una sentencia máxima de 19 años tras las rejas.
En el centro del caso se encuentra una historia parecida a una película.
Por un lado, está la mujer de 26 años que en 2014 se presentó ante la Policía de Bell Gardens (donde residía con Medrano García y la hija que procreó con él) para decir que había sido retenida en contra de su voluntad por una década y hasta forzada a casarse con él.
Esto llevó al arresto de Medrano García, quien ha estado en prisión desde entonces.
Durante un testimonio desgarrador en medio del juicio, la joven mujer, su madre y familiares describieron el abuso supuestamente perpetrado por el acusado, que habría comenzado cuando ella todavía vivía en el apartamento con su familia. Testificó que fue engañada y drogada por el hombre cuando se la llevó de su casa de su madre, donde también había abusada físicamente.
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La presunta víctima también alegó que él la amenazaba con denunciarla a las autoridades por estar indocumentada y por eso nunca lo reportó antes.
Por el otro lado está la defensa del mexicano, e incluso de algunos de sus vecinos en Bell Gardens, que argumenta que la joven se fue por su propia voluntad con el hombre de 42 años ya que no tenía una buena relación con su madre.
Durante el juicio inclusó se presentó al juzgado Elizabeth Smart, una joven de Utah que fue secuestrada de su casa en medio de la noche y retenida por una pareja de religiosos extremistas antes de ser descubierta varios años después. La Fiscalía buscaba utilizarla como un testigo experto que hablara sobre el poder de estas personas para retener a sus víctimas por largo tiempo, pero el juez no lo permitió.