Una latina dirige al LAPD en el noroeste del Valle de San Fernando
Hay 882 hispanas en el LAPD, lo que representa casi el 9% del total de elementos, pero esa cifra es menos de la mitad de su representación demográfica en Los Ángeles
Ardían en llamas algunas calles del Sur de Los Ángeles en 1992 por los disturbios desatados tras la exoneración de los policías que golpearon al afroamericano Rodney King y en medio de ese infierno estuvo Elaine Morales, que entonces era uno de los agentes que, rebasados por la turba, sólo observaban los destrozos.
“Fue extraño ver a militares en sus tanques que recorrían las calles”, relató Morales, quien en 28 años en la Policía de Los Ángeles (LAPD) ha vivido varias emociones en esta carrera no apta para cardiacos.
Tercera parte de una serie sobre mujeres incursionando en oficios dominados por los hombres.
Morales es una de las 882 hispanas que forman parte del LAPD, un número que representa casi el 9% del total de elementos. Esta cifra es menos de la mitad de su representación demográfica en Los Ángeles.
“Hace 28 años era muy difícil ver latinas en las estaciones, pero ahora muchas se están graduando de la Academia”, expresó.
Antes de convertirse en la primera capitana en la División Foothill, que vigila el noreste del Valle de San Fernando, Morales sumó experiencias en distintos cargos y estaciones del LAPD: desde comprar droga en operativos encubiertos, patrullar en bicicleta, dirigir un equipo antipandillas y proteger la Línea Roja del tren, hasta revisar las quejas contra sus colegas y acercarse a la comunidad latina.
Después de casi tres décadas portando una placa, a Morales le sobran anécdotas porque su carrera se forjó principalmente en las calles.
“Cuando estaba en la estación Newton, un pandillero en la Calle 41 y Broadway disparó a nuestra patrulla, no resultamos heridos, pero nunca sabes”, relató.
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Nacida en Hollywood hace 51 años, Morales cuenta que desde su adolescencia le llamó la atención lo que hacían los agentes del orden. A los 15 años entró al programa Explorer de la Policía de Montebello, que da a los niños una primera empapada sobre esta profesión.
Jamás perdió de vista su objetivo y luego de obtener un título universitario en Justicia Judicial, teniendo 23 años, ella ingresó a la Academia de Policía de Los Ángeles, de la cual se graduó en 1988.
“Después de 28 años todavía amo mi trabajo”, dice quien es madre de un adolescente de 14 años, una responsabilidad que -subraya- ha sabido balancear con su empleo. “Debes poner tus prioridades, hay días en que atiendo los llamados, pero también tengo establecido un sistema para cuidar a mi hijo”, explicó.
Han pasado 70 años desde que la primera latina, Josephine Serrano Collier (quien falleció a la edad de 91 años en febrero de 2014), ingresó a la Policía angelina, pero actualmente el rango más alto que han alcanzado es el de capitana y aquellas que lo tienen se cuentan con los dedos de una mano.
Sus compañeras blancas han llegado más lejos.
En abril, Beatrice Girmala alcanzó el cargo más alto de una mujer en el LAPD al ser nombrada asistente de la jefatura y encargada de la Oficina de Operaciones Especiales (OSO), esto luego de comandar el Buró Oeste y de sumar 30 años en la corporación.
La capitana Morales, cuyo esfuerzo será reconocido en junio con el premio “Latina del Año” que le entregará durante una gala la Asociación Nacional Latina de Agentes del Orden, celebra el avance de las hispanas en la segunda agencia policiaca más grande del país.
“[Las latinas] somos un grupo diverso que refleja la demografía de la ciudad y eso es enorme”.