Editorial: El insulto de Trump a las mujeres
La estrategia del posible candidato republicano de atacar Clinton en este tema le hará perder más votos femeninos
La acusación de hipocresía contra Hillary Clinton lanzada por Donald Trump por su conducta ante las infidelidades de su marido Bill es inapropiada por entrometerse en una dinámica matrimonial irrelevante a su candidatura. Igual de incorrecto sería hurgar con fines políticos la intimidad de los tres matrimonios de Trump.
Nos preocupa mucho que esto sea tan solo un adelanto de una campaña presidencial en donde el debate de las prioridades de los estadounidenses sea opacado por las acusaciones personales y los insultos.
Es cierto que de esta manera, a través de la denigración del rival, Trump ganó la nominación presidencial republicana, es lógico que siga con la estrategia que ya le dio resultado. Por eso continúa tirando todo el lodo que pueda al rival con la esperanza de que algo se quede pegado.
Esa es la intención al acusar a Hillary primero de haber defendido al ex presidente ante las revelaciones de sus aventuras y después por criticar a las amantes de su esposo. La actitud de la candidata en ese momento, sin juzgar si está bien mal, es la que toman millones de mujeres ante una situación similar. Además, este tema ya fue exhausto en la década de los noventas.
Es incierto si el propósito de Trump es avivar el fuerte sentimiento anti Hillary que ya existe dentro de los republicanos o si quiere manchar a la candidata como una traidora a la causa de la mujer para robarle votos femeninos, que tienden a ser democratas. En el segundo caso, la estrategia es tan tonta como la afirmación del republicano de que él “va a ser mejor para las mujeres” que la demócrata. Ya no hay límites para el absurdo.
Hillary Clinton lleva muchos años en la vida pública, si algo no se le puede cuestionar es su compromiso con los temas de la mujer, ya a sea a nivel laboral y económico, como su interés en la niñez. El decir que ella llegó a su posición por el solo hecho de ser mujer es un insulto a todas las mujeres que obtuvieron éxito gracias a su esfuerzo. Esta estrategia no ayudará a los republicanos a recuperar el voto femenino perdido en elecciones anteriores.
Trump es una veleta incontrolable que lanza insultos, inconsistencias y mentiras sin importarle nada. Ojalá que a los ofendidos sí les importe este comportamiento a la hora de votar.