‘Este proceso es difícil, pero también hay sanación’, dice víctima de violencia doméstica

Lucero Varga obtuvo su residencia permanente después de refugiarse bajo la ley VAWA para víctimas de violencia doméstica.

Lucero Vargas, artista mexicana que obtuvo su residencia por ser víctima de violencia doméstica. (Aurelia Ventura/ La Opinion)

Lucero Vargas, artista mexicana que obtuvo su residencia por ser víctima de violencia doméstica. (Aurelia Ventura/ La Opinion) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinion

Expresarse a través del arte ha sido vital en el proceso de sanación de Lucero Vargas, una joven mexicana que encontró una luz al final del tétrico túnel de la violencia doméstica.

“El arte fue mi terapia desde pequeña”, comparte quien siendo adolescente emigró a regañadientes a Los Ángeles, un cambio cultural que la volvió una estudiante retraída y de bajo rendimiento.

En la secundaria, aún con el resentimiento de haber sido traída a la fuerza de su querido México, ella hizo amistad con las personas equivocadas. Así conoció al esposo que le fastidió la vida a golpes.

Fueron tres años de maltratos, de miedo. Desde el principio supo que debía dejar a su verdugo.

“Pero no podía, no sabía cómo hacerlo, estaba estancada. Luego, ya estando embarazada, me di por vencida”, relata Vargas, de 24 años y quien se convirtió en madre hace seis años.

Lucero Varga obtuvo su residencia permanente después de refugiarse bajo la ley VAWA para víctimas de violencia doméstica. /SUMINISTRADA
Lucero Vargas obtuvo su residencia permanente después de refugiarse bajo la ley VAWA para víctimas de violencia doméstica. /SUMINISTRADA

LEY VAWA

Este miércoles, el destino le regaló algo inesperado: la residencia permanente, que obtuvo gracias a la Ley de la Violencia Contra las Mujeres (VAWA), que ha legalizado a miles de indocumentadas. Antes, ella se benefició de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).

“Tomen ventaja de esta ayuda que nos dan a las víctimas”, recomienda Vargas, quien aceptó compartir su amarga experiencia para animar a otras mujeres que han sufrido por la violencia intrafamiliar.

“No tengan miedo, todo este proceso es difícil pero también hay sanación”, agregó la joven, que ha superado el trauma exponiendo sus cuadros, elaborando tatuajes y participando en danzas aztecas.

De 2009 a 2011 el gobierno federal entregó más de 25,000 Visas U a víctimas de violencia, según cifras oficiales. Ocho de cada siete casos que recibió en ese período fueron aprobados.

Todo el proceso migratorio de Vargas demoró alrededor de un año y recibió la asistencia gratuita de la clínica legal para inmigrantes de la Escuela de Leyes Loyola, ubicada cerca del centro de Los Ángeles y que se nutre de la energía de un puñado de estudiantes de abogacía y otros voluntarios del instituto.

“Ella pasó por mucho trauma”, dijo Delilah Maestas, la estudiante de leyes que llevó el caso de Vargas. “Cuando la conocí era muy reservada, pero una vez que se sintió cómoda pudo contar su historia al USCIS [Servicio de Naturalización y Ciudadanía]”, que le otorgó la residencia el miércoles, agregó.

Lucero Vargas, artista mexicana que obtuvo su residencia por ser victima de violencia domestica. (Aurelia Ventura/ La Opinion)
Lucero Vargas, artista mexicana que obtuvo su residencia por ser víctima de violencia doméstica. (Aurelia Ventura/ La Opinión)

CLÍNICA GRATIS DE INMIGRACIÓN

Cada semana, el equipo de voluntarios de la Escuela de Leyes Loyola brinda consulta migratoria gratuita a entre 60 y 80 personas, aunque los casos que asesoran (solicitudes de ciudadanía, VAWA, DACA, etcétera) se cuentan por cientos.

Éstos son tomados de los eventos que realizan cada miércoles de 2:30 a 5:00 p.m. en la iglesia Dolores Mission de Boyle Heights (171 S. Gless St) y cada viernes de 2:00 p.m. a 5:00 p.m. en las oficinas de la organización Homeboy Industries en Chinatown (130 W. Bruno St).

“Muchas víctimas de violencia doméstica, más cuando están indocumentadas, tienen mucho temor de reportar a sus abusadores”, dijo Marissa Montes, codirectora del programa de la escuela Loyola. “Yo les dijo ‘esta es tú oportunidad de tomar ventaja de que algo malo que te pasó se vuelva algo bueno’”.

A la espera de que se amplíe el programa VAWA, el Departamento de Justicia (DOJ) resume que éste ha tenido un impacto “sostenible” en todas las comunidades del país.

Con el respaldo de una residencia permanente, Vargas ahora anhela estudiar nutrición, continuar exponiendo sus cuadros, abrir un estudio de tatuajes y establecer un centro comunitario.

“Mis sueños están fluyendo en otra dirección”, dice la residente del barrio de Rampart. “El arte siempre va a ser parte de mi vida, siempre va a seguir sanándome”, agregó.

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