Banco de Alimentos salva del hambre a familias latinas en LA
Por sólo 30 dólares pueden llenar el carrito con verduras, frutas, lácteos y carnes; una despensa cuyo precio real es por 200 dólares
Mientras llena su carrito en el banco de alimentos World Harvest, Alejandra Serrano no puede ocultar su alegría.
“¡Llenar el carrito por 30 dólares es demasiada ayuda para alguien como yo que tiene cinco hijos entre los 17 y 3 años! Además viven con nosotros, mi hermana y mi sobrino!, dice contenta esta inmigrante indocumentada. Su esposo es jornalero y no siempre tiene trabajo.
“Yo vengo dos veces por semana, más ahora que los niños están de vacaciones. Comen mucho. ¡No me la acabo!”, observa.
Serrano es una de las clientas frecuentes del Banco de Alimentos World Harvest donde se puede llenar un carrito de súper con verduras, frutas, latas, granos, pan, carnes, pescados, huevos y lácteos por 30 dólares.
Jeny Estrada y su marido Jaime Delgado, padres de 4 hijos cada uno por separado, salieron con dos carritos rebosantes de productos alimenticios.
“Esta comida nos dura dos semanas”, dice Estrada quien trabaja como cajera y es vendedora de productos por catálogo. Su esposo, quien también labora como vendedor, dice que todo lo que llevan se les acaba. “Nos ahorramos bastante en comida al venir aquí”, anota.
Chela Sánchez, gerente del Banco de Alimentos World Harvest dice que no se piden comprobantes de ingresos para adquirir productos. “La gente puede venir las veces que quiera. Sólo la primera vez llenan una forma donde ponen su nombre, dirección y teléfono”, explica.
El único requisito es que se tienen que llevar un carrito de supermercado con una despensa por 30 dólares.
Fue el inmigrante de Taiwan, Glen Curado quien tuvo la idea hace 8 años de abrir este banco de alimentos. “Una madrugada desperté y dije tengo que hacerlo. Esto surgió porque años atrás me habían dado una multa y me mandaron a hacer servicio comunitario en un banco de alimentos donde sólo le daban a la gente una bolsa con alimentos. ¡Dios mío, esto no es posible!, dije”.
Curado, hijo de padre taiwanés y madre española, abrió el banco de alimentos en las calles Venice y Union donde estuvo por 7 años. Desde hace un año, lo cambió a una bodega en el sur-centro de Los Ángeles en el 3200 al sur de la avenida Grand.
“Mi intención siempre ha sido que paguen 30 dólares por una despensa cuyo precio en el mercado es de 200 dólares”, precisa.
Y aclara que el banco de alimentos es una organización no lucrativa que no recibe financiamiento federal ni estatal, ni becas, porque eso le da libertad para poder dar alimentos a todos. “Aquí no cuenta que tanto o que poquito ganes. Si son indocumentados o no, si califican para cupones de alimentos o no. Por eso es que no acepto subvenciones y becas para que no me pongan trabas y limitaciones de a quién debo dar y a quién no”, subraya.
Curado observa que World Harvest vive de las donaciones de las grandes cadenas de supermercados y algunas cosas que hacen faltan, ellos las compran. “Son productos que están a días y semanas de su fecha de caducidad pero que tienen buena calidad”, anota.
Si no tiene para pagar, no se preocupe
Si alguien no tiene dinero para pagar los 30 dólares por su carrito lleno de mercancías, puede hace cuatro horas de trabajo voluntario en el banco de alimentos y sale con comida para una semana o más.
A Natalio Jesús de la Cruz Reyes le corre el sudor por la frente mientras ayuda a poner en orden las frutas y verduras. “Es mi primera vez como voluntario. Ya llevo dos horas”, comenta este hombre quien asegura se quedó sin su empleo como lavaplatos en un restaurante, es padre de dos hijos menores y vive en el este de Los Ángeles. “Una amiga me dijo de este banco de alimentos. Cada vez que pueda, voy a venir a ayudar y llevarme mi comida”, comenta.
Valeria Marshall es una latina que comparte cuarto con otras mujeres, pero quien lleva un año desempleada. Es el mismo tiempo que lleva yendo a World Harvest como voluntaria, lo que le permite llevarse su comida gratis. “Ayudo en todo, empaco, desempaco, limpio, acomodo”, precisa.
El mejor termómetro
Curado considera que el banco de alimentos es el mejor termómetro de la gran necesidad que hay en la población. “Uno de cada tres está desempleado en este país. Dicen que el desempleo ha bajado pero eso no quiere decir que esa gente que ya no cuenta como desocupado, tenga un trabajo. También aquí viene mucha gente que tiene empleo pero que no le alcanza, o que quiere ahorrar para poder comprar otras cosas que necesita”, explica.
Por la experiencia en el banco de alimentos, no cree que el país esté en recuperación. “La gente no compra lo suficiente en los supermercados y los negocios no hacen dinero.Van para abajo”, indica.
“El 50% de los que vienen a comprar aquí son latinos. El resto son de todas las razas”, observa.
El Banco de Alimentos World Harvest abre de 8 de la mañana a 6 de la tarde de lunes a viernes. Los fines de semana de 8 a.m. a 3 p.m. “Sábados y domingos tenemos entre 200 y 300 personas, y durante la semana son unos 50 por día”, indica. En todo los años que llevamos abiertos, hemos servido a 45,000 angelinos.
Si quieres tener más información, puedes visitar el portal:
http://www.worldharvestfoodbank.org
Se localiza en 3200 South Grand Avenue
Los Ángeles
Teléfono: 213-746-2227