“Vamos a morir”: el terrible relato de una mujer casi asesinada por su esposo
Martha Venegas sufrió quemaduras de tercer grado en el 70 por ciento de su cuerpo
Seis meses después de haber sufrido un terrible episodio de violencia doméstica a manos de su esposo, una madre latina se encuentra en recuperación, gracias a unas cuantas cirugías que le fueron donadas.
Martha Venegas, residente de Moorpark en el condado de Ventura, fue llevada de emergencia al hospital el 5 de enero, después que llamó a las autoridades para denunciar que su esposo la había prendido en llamas.
¿Su esposo? Se entregó a las autoridades tres días después del incidente y ahora se encuentra tras las rejas cumpliendo una sentencia de 15 años por abuso doméstico e intento de asesinato.
El día que todo cambió
La madrugada de ese pasado 5 de enero, Venegas, de 30 años, informó a su esposo Juan Soria Hernández que ese día se separaría de él. Los dos se encontraban en su hogar de Moorpark cuando esta conversación dio pie.
De pronto, Soria Hernández fue a la cochera y regresó a la casa con un contenedor de gasolina de cinco galones.
“¿Qué vas a hacer?”, preguntó la mujer a su esposo, en un relato que ésta misma divulgó a la prensa.
“Vamos a morir”, contestó él.
Pero Soria Hernández mejor hubiese dicho “vas a morir”, ya que solamente a ella la roció en gasolina, la prendió en llamas y la dejó dentro del baño de su residencia, mientras que él se dio a la fuga — todo este episodio se dio mientras los tres hijos de la pareja dormían dentro del hogar.
A las 3:55 a.m. Venegas realizó la llamada al 9-1-1.
Cuando llegaron las autoridades, policías y bomberos, encontraron a la mujer afuera de su casa, mientras que un pequeño fuego ardía en el interior de la casa.
Tras revisarla, los investigadores descubrieron rastros de gasolina en su ropa, mientras que su cuerpo entero había sufrido severas quemaduras.
Recuperación de cuerpo y alma
Venegas fue trasladada al Centro de Quemaduras Grossman, donde le identificaron quemaduras de tercer grado en el 70 por ciento de su cuerpo.
Tan crítica era su situación que los médicos le pronosticaron un 5 por ciento de probabilidad de vida.
Después de dos meses de estar en coma inducido, Venegas despertó y al bajar la mirada para ver sus manos, dijo “Dios mío, sí fue real”, relató la mujer a cámaras de NBC Los Angeles.
Ahora, tras seis meses del incidente que la marcó de por vida, la mujer se encuentra aún recuperándose, pero con la ayuda del centro Grossman, quienes le donaron varias cirugías.
También, la sucursal de autos Rusnak/Pasadena Porsche en Thousand Oaks le donó un vehículo, para que ella y su familia puedan empezar de nuevo.
“Tengo que hacer todo lo posible para recuperarme, por mis hijos porque ellos me necesitan”, dijo la mujer al noticiero, agradecida por toda la ayuda que ha recibido.