La concentración de Argentina en Brasil ya sólo espera a Messi y Mascherano
Edgardo Bauza ya espera a sus muchachos en 'Cidade do Galo', un lugar que recuerda mejores momentos para la albiceleste
Nublado y con pronóstico de lluvia. El cielo que recibió esta madrugada a los adelantados de la selección argentina tenía los mismos colores que -cuentan los meteorólogos- dejará ver durante toda esta semana: un poco de gris, un poco de negro y nada de celeste. La imagen puede servir como una metáfora del estado de la cuestión: el plantel llega a esta cita con Brasil en el momento más delicado de los últimos tiempos, momentáneamente fuera de la zona de clasificación al Mundial y, lo que es peor, sin un rumbo claro en el juego.
Para empezar a desanudar esos ovillos, Edgardo Bauza, el resto del cuerpo técnico y siete futbolistas bajaron juntos en el aeropuerto local de un charter al que se habían subido en Ezeiza y enseguida se dirigieron a Cidade do Galo, el predio de entrenamientos de Atlético Mineiro. Lucas Pratto, que juega allí, se acercó por su cuenta al complejo. De toda la delegación, el único que pudo haber sentido un déjà vu en la noche al traspasar los portones del predio fue Ezequiel Lavezzi: en este mismo lugar la selección transcurrió la mayor parte de sus días durante el Mundial de Brasil. Aquellos en los que el actual jugador de Hebei Fortune de China llegó a tener un rol muy importante adentro de la cancha.
Esta vez su misión parece más terapéutica que otra cosa: regresa al equipo después de la fractura que sufrió ante Estados Unidos en la Copa América, sin haber jugado ni un minuto en su club en el medio. Necesitado de encontrar soluciones a las dudas y debilidades que presenta esta situación compleja, Bauza apela a aquello que el delantero también puede ofrecerle: su probada capacidad de “hacer grupo“, una virtud que todos le reconocen puertas adentro del plantel.
Además de Lavezzi, en ese vuelo arribaron Ángel Correa, Nahuel Guzmán, Guido Pizarro, Emmanuel Mas, Fernando Belluschi y Marcos Acuña. Los últimos dos se suman al plantel de Bauza en esta convocatoria, con el agregado de que para el volante de Racing se trata de su primera vez en general.
Desde otros lugares también se incorporaron Julio Buffarini (otro debutante), Gerónimo Rulli y Ramiro Funes Mori: fueron finalmente once los jugadores que durmieron el domingo en el predio.
En la inmensidad del lugar de concentración, el entrenador empezará a trabajar en la tarde de este lunes con los que ya estén disponibles: los futbolistas que vienen de Europa arribarán en diferentes vuelos durante toda la jornada. Aunque habrá dos excepciones: Javier Mascherano y Lionel Messi, que jugaron en la noche del domingo para Barcelona en Sevilla y recién estarán en Belo Horizonte el martes. El club catalán, como hace habitualmente, pondrá para ellos un avión a disposición, al que también se subirá Neymar: se despedirán en la escalerilla para reencontrarse dos días después adentro de la cancha, con las camisetas cambiadas.
Si la presencia de Messi siempre es vital, en este caso se antoja determinante: la selección necesita el talento, la presencia intimidante y el liderazgo futbolístico de su capitán para tratar de salir en el fango que se metió. El jueves volverá al Mineirao, allí donde dibujó un golazo contra Irán en la Copa del Mundo. Y del otro lado estará la selección brasileña mejor armada en muchos años: líder de estas Eliminatorias y con un juego en crecimiento, algunas consecuencias que trajo la mano de Tite, su nuevo entrenador. No son pocos condimentos para darle cuerda otra vez al clásico de todos los tiempos.
Se arma el plantel
Este lunes arribarán a Belo Horizonte Sergio Agüero, Nicolás Otamendi, Pablo Zabaleta, Lucas Biglia, Mateo Musacchio, Gabriel Mercado, Facundo Roncaglia, Martín Demichelis, Enzo Pérez, Gonzalo Higuaín, Ever Banega, Ángel Di María y Sergio Romero.
El martes, cuando se sumen Messi y Mascherano, Bauza podrá entrenar por primera vez en la semana con los 26 convocados para esta doble jornada de Eliminatorias.