¿La tercera es la vencida para López Obrador?

El líder izquierdista presenta lineamientos de su "proyecto alternativo de nación"

Andrés Manuel Lopez Obrador, titular del partido Morena.

Andrés Manuel Lopez Obrador, titular del partido Morena. Crédito: Getty Images

MÉXICO – Andrés Manuel López Obrador (Tabasco, 1953), fundador e indiscutible candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), se encamina por tercera ocasión como uno de los políticos más fuertes a la presidencia de México en 2018 con dos lozas a cuestas que juegan como arma de doble filo: la reciente vitoria de Donald Trump y una campaña directa en contra de la corrupción.

En las últimas encuestas el líder izquierdista ha figurado entre el primero y segundo lugar de las preferencias electorales con Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón (2006-2012), como la rival a vencer con cinco puntos de ventaja hasta el pasado 11 de noviembre, cuando se publicó la empresa trimestral de Buen Día & Laredo y el diario El Universal.

La victoria de Donald Trump tres días antes de la presentación de estos resultados le habría dado ciertas desventajas  frente a Zavala (a quien había mantenido por debajo) debido a las comparaciones que hicieron columnistas, políticos y twitteros entre el magnate y López Obrador por no querer aceptar los resultados de las elecciones si no les favorece o culpar a los medios de hacer campañas en su contra.

“Están cortados por la misma tijera autoritaria y narcisista”, describió el columnista Pablo Hiriat, uno de sus más férreos opositores en los medios de comunicación.

La analista electoral de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional, Esperanza Valverde, considera que revivir la idea de que López Obrador como “un peligro para México” puede jugar en contra del político.

“Aunque ahora la ley prohíbe hacer ese tipo de campañas en el imaginario colectivo prevalece esa idea y cualquier mención al respecto es una mala imagen para López Obrador”.

En cambio, observa la analista, la coyuntura del combate a la corrupción –un viejo discurso de campaña del izquierdista- puede ayudarlo a crecer en medio del desencanto de ver la impunidad y el cinismo con los que actúan gobernadores como Javier Duarte (del PRI, en Veracruz) o Guillermo Padrés (del PAN, en Sonora) únicamente procesados con la alternancia de partido en el gobierno.

“En esta coyuntura Morena se perfila como una buena posibilidad”.

Al presentar su proyecto de gobierno el fin de semana –en el aniversario de la Revolución- el dirigente izquierdista hizo un llamado a “ricos y pobres” para “hacer de la honestidad una forma de vida y de gobierno” y sumarse a una especie de cruzada contra “el amasamiento de fortunas que surgen de la noche a la mañana apoyados en la ilegalidad, el influyentismo y la sombra del poder público”.

Sobre los asuntos relacionados a la clase política, López Obrador prometió que, de llegar a ser presidente, se sometería a una consulta sobre revocación de mandato y se reduciría el sueldo a la mitad, no viajaría en aviones y eliminaría los privilegios de los altos funcionarios públicos. “El presupuesto público será realmente público”, advirtió.

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