Buscando esperanza en la batalla contra el cáncer de mama
Hoy en día, hay más posibilidades de tratamiento que los que recibió mi madre en los años setenta
Ahora que soy adulta, los recuerdos que permanecen en mi mente son los de mi madre y su batalla contra el cáncer de mama. Son memorias que mantengo escondidas como si fuera un vestido no deseado y guardado en el armario. Quisiera simplemente deshacerme de estos pensamientos, pero sé que tengo que mantenerlos cerca como una señal. Diagnosticada con cáncer de mama a sus treinta años significaba que los médicos le recordaban a mi madre en repetidas ocasiones que tenia que permanecer alerta y con buena razón. Al igual que todos los hijos de sobrevivientes de cáncer, y a pesar de haber sido removido, continúa la preocupación por el bienestar de mi madre con la esperanza de que nunca tendrá que enfrentarse de nuevo a ese horrible demonio.
Mi madre se enfrentó a su batalla contra el cáncer de mama a mediados de los años setenta. Era difícil encontrar un cirujano dispuesto a asumir la tarea de darle la oportunidad de luchar por su vida. Cuenta mi familia que en esa época, los medicamentos eran fuertes, algunos experimentales y la cirugía en sí era rudimentaria en comparación con las técnicas de hoy en día. Una niña nunca puede olvidar ver a su madre mal físicamente. En lugar de ir a casa después de la escuela, yo acompañaba a mi madre al hospital para recibir tratamiento. Fue un momento de miedo en nuestras vidas y sigue siendo un mal recuerdo. Hay una tristeza profunda que sólo ahora puedo apreciar completamente. Sin embargo, en ese momento, era una batalla que realmente no entendía.
Afortunadamente, a pesar de todos los desafíos, mi madre superó ese obstáculo físico y mentalmente agotador. Más de treinta años después, ella permanece libre de cáncer y agradecida a los médicos que trabajaron con ella. A pesar de que el tejido de la cicatriz es muy amplia, las enfermeras que toman su mamografía anual se disculpan por lo que tuvo que soportar, su respuesta es siempre la misma, “Todavía estoy aquí.” Ella ha hecho la paz con las medidas que eran necesarias a través de su enfermedad. Su tratamiento le dio varias décadas más para bailar con mi padre antes de que él falleciera hace unos años. También me ha dado la oportunidad de desarrollar una relación muy estrecha con ella porque “todavía está aquí.” Es una sobreviviente.
Hoy en día, hay muchas más opciones de tratamiento disponibles para los pacientes con cáncer de mama. Hay una mejor comprensión de las necesidades físicas y emocionales de las mujeres que luchan por sus vidas para mantener a sus familias unidas. También hay más oportunidades para que mujeres se informen sobre la enfermedad y para investigar las opciones de tratamiento que podrían ser adecuados para ellas. Las mujeres mexicanas como mi madre son fuertes y luchadoras. Lamentablemente, el cáncer de mama es el cáncer más comúnmente diagnosticado al que puedan enfrentarse. La mutación del gen BRCA puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de mama en algunas personas, por lo que es una lucha más difícil.
La ciencia está dando pasos para ayudar potencialmente a las mujeres a superar estos desafíos. Hay pruebas de la mutación del gen BRCA que pueden ayudar a los médicos a tomar mejores decisiones sobre el tratamiento. También existe la posibilidad de nuevos medicamentos que podrían servir para hacer frente a esta mutación del gen BRCA en los ensayos clínicos como el ensayo clínico EMBRACA. Hoy en día, hay más posibilidades de tratamiento que los que recibió mi madre en los años setenta. Hay más opciones para hablar sobre el tema con miembros de la familia. Ármate con información. Hay esperanza.
Para obtener una lista de los centros participantes en el área de Los Ángeles y para obtener más información sobre la inscripción y la elegibilidad, visite www.embracastudy.com