¿Todavía te asustan los anticonceptivos?

Cuando era adolescente o estaba en la universidad, era muy común hablar con mis amigas sobre nuestras primeras relaciones sexuales. Pero nadie se atrevía a hablar sobre qué pasaría si quedásemos embarazadas o cómo evitarlo. Todas sabíamos algo, pero teníamos miedo de discutirlo abiertamente. Del mismo modo cuando tuve mis primeras experiencias, tenía miedo preguntarle a mi pareja por un condón, al ginecólogo por una prescripción para pastillas o a mi mamá por un consejo.

Hablar de anticonceptivos me daba miedo, ¡hace muchos años! Ya no, afortunadamente.

Hoy, el hablar de planificación familiar o de métodos anticonceptivos es más normal de lo que muchos creen y ya no es un tema controversial. Por ejemplo, a pesar de las constantes discusiones entre los candidatos presidenciales, los métodos anticonceptivos nunca fueron un tema de debate.

De hecho, una encuesta de opinión pública publicada hace poco encuentra que la gran mayoría de los adultos estadounidenses (81%) -independientemente del partido político- creen que los métodos anticonceptivos son una parte básica del cuidado de la salud de las mujeres. Además, el 86% de los adultos apoyan políticas para facilitar el acceso a toda la gama de métodos anticonceptivos para personas mayores de 18 años.

Estos hallazgos no son algo nuevo. Son muy similares a los resultados de estudios anteriores como la encuesta anual de Gallup que encontró que el 89% de las personas en Estados Unidos cree que la planificación familiar es moralmente aceptable.

Algunas investigaciones sugieren que los métodos anticonceptivos le dan a la gente la capacidad de planificar, prevenir y espaciar los embarazos, beneficiando a las mujeres, hombres, niños y familias. La disponibilidad de anticonceptivos ayuda a prevenir y reducir la pobreza, conduce a más oportunidades educativas y económicas, y contribuye a bebés más sanos y familias más estables. Lograr que los anticonceptivos y los métodos de planificación familiar sean accesibles tiene un enorme impacto en la sociedad, razón por la cual CNN, Time y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades los consideran como una de las innovaciones más grandes del siglo pasado.

Casi nueve de cada diez adultos creen que decidir si quieren, cuándo y en qué circunstancias quedar embarazada es una de las decisiones más importantes que una persona puede tomar en la vida. Además, la mayoría de nuestros encuestados (94% de todos los adultos) -incluyendo el 98% de los demócratas y el 93% de los republicanos- coinciden en que el uso de anticonceptivos es muestra de responsabilidad personal.

Sin embargo, a pesar de que al parecer la mayoría de los adultos ya no tenemos miedo a hablar de los anticonceptivos, desafortunadamente los adolescentes y los adultos jóvenes siguen sin usarlos cuando más los necesitan. Entre los jóvenes solteros que dicen que no quieren un embarazo en este momento, cuatro de cada diez no usa anticonceptivos regularmente o en absoluto. Todavía hay mucho trabajo por hacer para asegurarnos de que los adolescentes y los jóvenes también le pierdan el miedo a hablar de los anticonceptivos y puedan acceder a ellos fácilmente cuando decidan si quieren o no evitar un embarazo y hacer algo al respecto.

Muchos dicen que los anticonceptivos son un tema divisivo o controversial, necesitamos recordarles que realmente no lo son. Algo que utiliza el 99% de las mujeres estadounidenses cuando tienen relaciones sexuales, por definición no puede ser controversial. La planificación familiar ofrece a las mujeres jóvenes el poder de decidir su futuro y le brinda a la próxima generación el mejor comienzo posible.

Ginny Ehrlich es Directora General de la Campaña Nacional para Prevenir el Embarazo Adolescente y en Jóvenes