Carlos Albert aconseja a Rafa Márquez cómo velar por los futbolistas
El comentarista, que como jugador pudo crear un sindicato que luego fue disuelto, comparte su experiencia
Rafael Márquez es una de las figuras más exitosas del futbol mexicano en todos los aspectos.
Además de sus inolvidables actuaciones, sus goles y de portar la banda de capitán en cuatro Copas del Mundo con el Tri, el central forjó una tremenda carrera en Europa, en donde lo ganó todo y llegó a rozarse con los mejores futbolistas del orbe. Pero Rafa también conoció algo que en México sigue faltando: un grupo organizado que defienda los derechos de los jugadores.
El futbolista michoacano, que ahora defiende los colores del club que lo vio nacer como profesional, no sólo tiene la mente puesta en ayudar al Atlas en la cancha, sino también en crear una asociación de futbolistas en México.
“Ya dimos un primer paso, ahora falta nada más tratar de convencer a todos los jugadores, para que sea algo sólido”, reveló Márquez el martes en una conferencia de prensa.
Las palabras del “Kaiser”, que deberá aprender de los errores del pasado para poder conseguir el objetivo, hacen de manera inevitable eco en los recuerdos de Carlos Albert, el comentarista deportivo y exfutbolista que a principios de los 70 dejó un precedente como líder de la defensa de los derechos de los futbolistas en México y quien sin duda es una de las voces más autorizadas para aconsejar a Rafa.
“Yo tuve una carrera corta porque fui el primero que demandé al Club Necaxa por despido injustificado (tras 10 años)”, dice Albert en entrevista vía telefónica. “Trataron de hacerme la que le aplicaban a todos, te ponían ‘transferible’ y te quitaban toda posibilidad de decidir sobre tu futuro”.
Albert ganó la demanda y como consecuencia atrajo la atención de otros futbolistas que se acercaron a él. El movimiento tomó fuerza y en febrero de 1971 se formó la Asociación Sindical de Futbolistas Profesionales de la República Mexicana, la cual fue registrada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Se decidió formar el sindicato porque, como explica Albert, era la única figura legal que les permitía a los futbolistas luchar a través de la huelga en caso de que sus inconformidades no fueran escuchadas. Ése fue el caso, y luego de protestar colgando banderas rojinegras en las porterías de algunas canchas y llamar al paro laboral, los directivos se comprometieron al diálogo y el sindicato a retirar las banderas.
Sin embargo, todo fue un engaño y tras brindar con champaña el supuesto acuerdo, vino la puñalada. “Justo cuando íbamos saliendo (de Palacio Nacional), Guillermo Cañedo (el directivo más poderoso de entonces) y yo coincidimos y me dijo, ‘si creen que vamos a tomarlos en cuenta, están locos’”, relata Albert, quien admite que fue en ese momento cuando los habían “chamaqueado” y eso derivó en represalias por parte de los directivos hacia los jugadores hasta hacerlos desistir. El sindicato desapareció eventualmente.
Albert reconoce que el movimiento que él inicio falló porque en su momento, como ahora, “hay falta de orgullo, de dignidad”, y le da un consejo a Rafael Márquez: “Que mantenga la autonomía ante todo, absoluta. Que no tenga nada que ver con la Federación ni con la Liga”.
Cuatro décadas después del esfuerzo de Carlos Albert, Márquez intenta lograr lo que Javier Aguirre y otras figuras del balompié azteca no pudieron conseguir en su momento. Pero a favor tiene algo que Albert considera fundamental: el apoyo de la prensa.
“Cuando yo demandé, la prensa estaba ciento por ciento controlada… hoy hay mucha prensa independiente que puede dar una opinión neutral para informar a la gente”, destaca Albert.
El experimentado y polémico comentarista resalta que se necesitan las figuras como Rafa para arrastrar a otros futbolistas, pero que al final se requiere de un grupo serio que lo haga (crear el sindicato),y que el jugador, de manera individual, entienda que los futbolistas son los protagonistas y por los que la gente paga por ver y merecen compartir los millonarios beneficios y “no conformarse con migajas”.