La lucha contra el reloj para salvar la vida de una mujer especial
Ivonne Cabral tiene muchos amigos que la describen como una mujer excelente, dedicada a ayudar a los demás y amada por muchos en su comunidad y su iglesia. Pero debe hacerse un doble trasplante para salvar su vida y su única opción está en Colombia, no en Los Ángeles.
Aunque vive en Los Ángeles desde hace más de 20 años y aquí cuenta con el cuidado de doctores especialistas de UCLA para cuidar de la rara enfermedad que padece, la única esperanza de supervivencia para Ivonne Cabral no está en los Estados Unidos, sino en Medellín, Colombia.
Cabral, una venezolana de 48 años de edad, sufre de Poliquistosis o PKT, una enfermedad que produce múltiples quistes en los órganos y que le ha deteriorado el hígado y los riñones. Para extender su vida, debe hacerse un doble trasplante de esos órganos.
Pero el tiempo se le está terminando y las listas de espera para órganos aquí en California –y Estados Unidos- son de años, explica su esposo Vladimir Lugo.
“La lista de espera para un riñón es de más de diez años y para hígado unos seis”, dijo Lugo, el esposo de Ivonne durante más de 26 años y con quien tiene dos hijas, una de 22 y otra de 14 años. “De cada cinco personas que esperan un trasplante de hígado, se mueren cuatro. Hace poco su médico nefrólogo (del hígado) le dijo claramente que si no se opera pronto, va a morir”.
La dolencia de Ivonne es hereditaria y se la diagnosticaron cuando era una jovencita en Caracas, pero los médicos no sabían mucho del asunto. En los últimos 2 a 3 años, su salud se ha deteriorado severamente, explica.
“Desde que fui diagnosticada con esta terrible enfermedad ha sido un camino difícil de recorrer, ver como mi cuerpo se ha ido deformando, como las cosas que podía hacer tan simples se han convertido en una tarea que requiere mucho de mí, privando a mi familia de las atenciones normales de una mamá y de una esposa”, escribió Ivonne por medio de su página de Facebook.
Los médicos indican que tiene apenas unos meses de tiempo para intentar prolongar su vida con un trasplante y la única opción parece estar en Medellín, Colombia, país en el que Ivonne nació, antes de irse a Venezuela. Pero aunque cuenta con un seguro médico estadounidense, este no cubre los costos en el extranjero.
“El seguro está negado a cubrir el tratamiento en el extranjero”, dijo Lugo. “No hay manera de convencerlos”.
Es por eso que su familia y amigos se han movilizado para recabar el dinero necesario para los trasplantes, la movilización de la familia a Medellín durante nueve meses, y una enfermera. Son 200,000 dólares, de los cuales ya se han recolectado más de 72,000 en apenas 24 días, de más de 300 donantes.
Pero el tiempo se acaba.
Ivonne, quien fue por muchos años maestra de prescolar y educación especial, es muy querida por muchas personas. En la página de Facebook de Ivonne´s Fund, hay comentarios y videos de amigos y personas que la conocen, que se han volcado en su ayuda con donativos y promoción de su caso.
Los donativos se están canalizando por medio de la cuenta bancaria de una organización cristiana, y eso permite que los donantes puedan deducir de impuestos la cantidad que brinden al fondo. Para donar al fondo puede ir directamente a esta página web.
Su esposo Vladimir, quien es gerente de infraestructura de aplicaciones informáticas en la Universidad Loyola Marymount en Los Ángeles, se ocupa además de todo lo relacionado con promover el caso de Ivonne. Su tributo a su esposa en la página web que han creado para el fondo, es un conmovedor testimonio al amor de esta pareja.
“Ivonne ha sido el amor de mi vida por 31 años”, escribe Vladimir en un mensaje en la página. “Por eso es que estoy rogando tu ayuda. Por favor ¡ayúdanos! Quiero seguir llevándola de un lado para otro, seguir actuando con ella, seguir respirando al lado de ella, seguir honrándole y aprendiendo de ella. Tal vez esta sea la cosa más egoísta que he pedido en mi vida, pero debo pedir”.
Curiosamente, su hija Johana, de 26 años, acaba de graduarse de pre-medicina y está trabajando en UCLA, conduciendo tres programas de investigaciones de drogas experimentales que están probando el tratamiento de esa enfermedad.
En UCLA está uno de los principales investigadores de esa enfermedad, que es el médico de Ivonne.
“Ella está comprometida con hacer todo lo que pueda para ayudar a su mamá y también a otras personas que sufren la misma enfermedad”, apunta Vladimir.
Tom Mone, presidente de One Legacy, organización que identifica a donantes de órganos en el área de Los Ángeles, explica que las largas listas de espera son un problema en la región, particularmente porque los donantes idóneos deben no sólo manifestar previamente que lo son, sino que para recuperar los órganos, el donante debe tener muerte cerebral y estar en un hospital conectado a un respirador.
“Es muy raro cumplir con todas esas condiciones para tener órganos adecuados para el trasplante”, explicó Mone, indicando sin embargo que aunque la donación no es obligatoria aquí como en otros lugares (del mundo), en California el 76% de las personas que pueden donar acceden a hacerlo.
“Así y todo, dos personas mueren cada día en el estado en lista de espera”, apuntó. “Lo ideal sería que llegáramos a 95%”.
En Colombia, la donación es obligatoria, explica Lugo. Ivonne tiene la suerte de tener la nacionalidad.
“Su hermana mayor fue operada en Medellín hace 15 años y se le trasplantó un hígado. Aún vive hoy en día, lo que está encima del promedio, agrega Vladimir Lugo. “Pero el tiempo se nos está acabando, espero que los que puedan puedan ayudarnos”.
El Ivonne´s Fund realizará este fin de semana un “garage sale”para recabar más fondos, de 8 a.m. el sábado a 3 p.m. del Domingo en 2208 E. Baseline Rd., Glendora, CA 91740-5359