Editorial: Una salida para Venezuela

El gobierno de Venezuela debe evitar una guerra fratricida

El gobierno de Maduro arrecia la represión contra los opositores.

El gobierno de Maduro arrecia la represión contra los opositores. Crédito: Getty Images

La situación política de Venezuela se le ha ido de las manos al presidente Nicolás Maduro. Su responsabilidad es evitar una guerra civil. Para ello se requiere que él decida adelantar la elección presidencial un año y que la oposición entre al juego político sin revanchismo.

Esto puede parecer una misión imposible por la polarización política que desde hace muchos años tiene divididos a los venezolanos. Pero dejarla de lado por su dificultad no deja más salida que la confrontación, violencia y muerte.

La chispa del incendio de hoy fue la decisión tomada el 1ro. de abril por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de hacerse cargo de la Asamblea Legislativa por una disputa sobre si la oposición había ganado los dos tercios de las bancadas o tres menos de esa cantidad.

La declaración de que la Asamblea Nacional (AN) estaba en “desacato” significó reemplazar el poder que ganó ampliamente la oposición en las urnas por un puñado de jueces designados a último momento por saliente AN para neutralizar el nuevo legislativo.

La frustración electoral se venía acumulando desde que el oficialismo canceló las elecciones para gobernadores de diciembre pasado aludiendo que no era una prioridad ante las presiones económicas.

El primer error de Maduro fue querer gobernar como el ex residente Hugo Chávez cuando fue electo con una diferencia de poco más de 1%, de cerca de 234 mil votos en 15 millones.

Maduro no tuvo el margen en las urnas, ni la habilidad, el carisma, ni la suerte de un altísimo precio del petróleo como su predecesor.

Es cierto que el cacerolazo empresarial, el desabastecimiento, tiene su influencia en la crisis, pero no se le puede culpar de ella. Hay muchos intereses internacionales que quieren la caída de Maduro pero no son responsables del enojo de un vasto sector popular.

El gobierno es el responsable de desactivar a través de negociaciones las protestas que llevan más de 25 muertos y cientos de detenidos. El uso de los colectivos chavistas, civiles armados que disparan a mansalva, es una barbarie que destruye la credibilidad democrática del gobierno.

Adelantar las elecciones un año ante un situación insostenible es una salida razonable para evitar un enfrentamiento fratricida. El temor al revanchismo de la oposición después de casi 20 años de chavismo es tan real, como la posibilidad de perder una elección. Esa es la democracia.

En esta nota

Crisis en Venezuela Editorial Nicolás Maduro Venezuela

Suscribite al boletín de Noticias

Recibe gratis las noticias más importantes diariamente en tu email

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias!

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain