Trump viajará a Texas para ver daños por “Harvey”, pero evitará Houston

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tom Bossert, explicó que el mandatario no quiere ser obstáculo a los esfuerzos de rescate

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Crédito: Chris Kleponis-Pool/Getty Image

WASHINGTON.- Más de seis millones de personas afrontan más días de lluvias e inundaciones tras el huracán “Harvey” en Houston (Texas), y aunque el presidente Donald Trump visitará mañana la zona damnificada, su itinerario no incluirá una parada en la cuarta ciudad más grande de EEUU.

El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, dijo que le da un “A+” -las más altas calificaciones- a Trump y su gobierno y explicó que Trump no visitará Houston para no interrumpir o afectar las operaciones de evacuaciones o la gestión de los equipos de emergencia en el área.

Según Abbott, “Harvey” ha ocasionado “una de las peores inundaciones que jamás ha tenido Houston”.

La Casa Blanca confirmó que Trump, la primera dama, Melania, el vicepresidente Mike Pence, y otros miembros del Gabinete, visitarán la zona de desastre, pero no ofreció detalles de su recorrido.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tom Bossert, explicó que el mandatario no quiere ser obstáculo a los esfuerzos de rescate.

Evocando memorias de la devastación del huracán “Katrina” en Louisiana en 2005, las imágenes de televisión mostraban hoy escenas de caos en Houston, un área metropolitana de 6,6 millones de habitantes, buena parte de la cual ahora se encuentra sumergida.

Al menos cinco personas han fallecido a raíz de la llegada de “Harvey”, que tocó tierra la noche del viernes con una “categoría cuatro”.  La devastación “sin precedente” es tal, que las autoridades temen que los esfuerzos de recuperación podrían tomar años.

Pence dijo hoy en entrevista con la estación de radio KRTH, en Houston, que la Administración Trump mantendrá presencia en el área “para ayudar a reconstruir Texas y todas las zonas afectadas por el huracán Harvey”.

El huracán “Harvey” ahora ha bajado a la categoría de tormenta tropical pero ha provocado enormes inundaciones, por lo que alrededor de 30,000 serán trasladadas a albergues temporales.

La respuesta al huracán ha sido la primera gran prueba de la Administración Trump en cuanto a la gestión de emergencia frente a un desastre natural.

El director de la Administración para la Gestión de Emergencias (FEMA), Brock Long, viajó hoy a Texas para reunirse con Abbott en las zonas afectadas y para repasar las operaciones de la agencia federal para ayudar a los damnificados.

En declaraciones a este diario, Tevi Troy, historiador presidencial y principal ejecutivo del Instituto Estadounidense para Política de Salud (“American Healthy Policy Institute”),  dio buenas calificaciones a Trump, al señalar que  ha habido buena preparación y coordinación entre las autoridades locales, estatales y federales.

“FEMA se preparó para esto, realizó simulacros, desplegaron recursos con antelación. En general, ha sido una buena respuesta… (Trump) sí envió mensajes por Twitter superfluos, pero creo que los relacionados a la tormenta han sido responsables  e jnformativos”, dijo Troy, autor del libro “Shall We Wake The President? Two Centuries of Disaster Management From The Oval Office, 2017″,  sobre la gestión de emergencias.

Troy fue un asesor de alto rango durante la presidencia de George W. Bush entre 2005 y 2007 y posteriormente subsecretario de Salud en esa administración hasta enero de 2009.

Las autoridades del Servicio Meteorológico Nacional han pronosticado al menos 15 pulgadas de lluvia adicionales tan sólo en el área de Houston, antes de que la tormenta se disipe entre miércoles y jueves.

A lo largo del pasado fin de semana, Trump envió varios mensajes desde Twitter en los que elogió el desempeño de las autoridades federales y expresó admiración por el “increíble” espíritu de las personas afectadas por el paso del huracán, que ha dejado “inundaciones sin precedente”.

Trump no escapó a las críticas ya que, incluso antes de declarar un estado de emergencia en Texas por “Harvey” –medida que libera fondos federales-, el mandatario anunció el viernes pasado sendas decisiones que generaron controversia.

El mandatario primero envió la tarde del viernes un documento al Pentágono estableciendo una prohibición de personas transgénero en las Fuerzas Armadas.

Dos horas después, anunció un perdón presidencial para el exalguacil del Condado de Maricopa (Arizona), Joe Arpaio, quien fue condenado el pasado 31 de julio por desoír la orden un tribunal federal de cesar el arresto de inmigrantes indocumentados.

Aunque todo presidente tiene autoridad para emitir perdones, el otorgado a Arpaio llamó la atención porque el proceso judicial aún no había concluido –debía recibir su sentencia en octubre próximo-, y normalmente los mandatarios esperan hasta su último año en el cargo para estas decisiones.

Además, salvo un puñado de conservadores que elogiaron el perdón a Arpaio, la mayoría de legisladores demócratas, grupos cívicos y defensores de los inmigrantes rechazaron la movida presidencial porque, a su juicio, envía el mensaje de que Trump apoya el racismo y justifica el desacato de órdenes judiciales.

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