El asesino de la masacre de Texas había escapado de una clínica de salud mental en 2012
Devin Kelley padecía de severos trastornos mentales
Devin Kelley, el atacante que mató a 26 personas el domingo en Sutherland Springs, Texas escapó de una clínica de salud mental en 2012, según un informe policial.
A los oficiales de El Paso que detuvieron a Devin Kelley se les había informado que el hombre era “un peligro para él y para los demás”.
Kelley había sido enviado a un hospital de salud mental después de tras ser juzgado por una corte militar mientras estaba de la Fuerza Aérea de EEUU por agredir a su ex esposa e hijastro.
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El informe policial también dice que Kelley intentó “cumplir con sus amenazas de muerte” contra sus superiores militares.
Las autoridades dicen que la condena que pesaban en su contra debería haberle prohibido poseer armas de fuego.
La policía de El Paso arrestó a Kelley en una terminal de autobuses en el centro de esa ciudad la noche del 7 de junio de 2012, según un informe policial revelado por el canal de noticias KPRC de Houston.
En el informe, la policía escribió que Kelley había escapado de Peak Behavioral Health Services en Santa Teresa, Nuevo México, a 160 km de El Paso.
“Trastornos mentales”
La persona que denunció su desaparición del centro le dijo a la policía que Kelley “padecía trastornos mentales”.
Kelley “ya había sido sorprendido escondiendo armas de fuego en la Base de la Fuerza Aérea Holloman“, agrega el informe.
Más tarde ese mismo año, Kelley se declaró culpable en un tribunal militar por agredir repetidamente a su exesposa y su hijastro menor de edad.
Fue sentenciado a un año en una prisión militar.
Los investigadores del FBI dijeron el martes que están tratando de desbloquear el teléfono móvil de Kelley, para comprender mejor qué fue lo que lo llevó a llevar a cabo el tiroteo masivo.
Según el periódico Houston Chronicle, el asesino había aparecido cinco días antes en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs con sus hijos para un festival anual.
Una amiga de la exsuegra de Kelley, Michelle Shields, a quien las autoridades creen el atacante quería matar el domingo, dijo que estaba contenta de verlo en el evento con los nietos de Shields.
“Pensaron: ‘Esto es bueno. Es un progreso’“, dijo la mujer.
Las fotos del evento en la página de Facebook de la iglesia muestran a niños vestidos con disfraces de Halloween y jugando.
Varias de las víctimas también se muestran en la serie de más de 40 fotos.
Sobrevivientes del ataque del domingo describieron cómo Kelley recorrió los bancos en la iglesia disparando a niños que lloraban a quemarropa.