Chanclazos y críticas para el discurso de Trump desde la frontera de Estados Unidos

Comunidades fronterizas anticipan que quedarán muy mal paradas con la insistencia del presidente en la construcción de un muro y la consulta a la opinión de agentes de ICE y Patrulla Fronteriza, sin tomar en cuenta a comunidades, empresarios e iglesias de la zona.

U.S. Border Agents Pursue Human And Drug Smugglers Near Mexican Border

Crédito: John Moore | Getty Images

Al borde de la frontera de Estados Unidos con México, donde el presidente Donald Trump promete construir un muro fronterizo, activistas y residentes este martes se organizaron para recibir el discurso anual del presidente con una fiesta de “chanclazos” y ruptura de piñatas con la forma de los prototipos del muro.

A punta de chanclazos contra la proyección televisada del discurso, los residentes de la frontera dan su opinión sobre las políticas de Trump, particularmente la construcción del muro.

“Si, queremos poner un punto de humor, pero también enfatizar que este es un tema muy serio y peligroso”, dijo Pedro Rios, director del programa fronterizo del American Friends Service Commitee (AFSC). “Las ideas xenofóbicas de Trump ya han destruido a miles de familias”.

De esta forma, dijeron, se divulga la preocupación de millones de personas que viven en la frontera, ya que muchas de las políticas que Trump promueve terminarán por afectar su medio ambiente, economía y familias, dijeron este martes.

“Para nosotros en esta zona el tema no es tanto el dinero que se van a gastar, sino cómo nos va a afectar a nosotros, nuestra vitalidad económica y el medio ambiente“, dijo Christian Ramírez, director de la Coalición de Comunidades de la Frontera Sur, horas antes del discurso del presidente.

El muro fronterizo, la promesa emblemática de Donald Trump a sus seguidores más ardientes, no sólo no es popular entre el 63% de los estadounidenses, sino que resulta especialmente preocupante para muchos de quienes viven, hacen negocios y cuidan del medio ambiente en esa zona.

Pero nadie en el gobierno de Donald Trump parece estar escuchando los argumentos de personas como el Obispo de El Paso, Mark Seitz, el representante de la organización ecológica Sierra Club en el Rio Grande Jim Chapman o Jason Wells, director de la Cámara de Comercio de San Isidro.

De hecho, hay un grupo que el gobierno de Trump menciona repetidamente como asesor principal en política migratoria: los agentes de ICE y la patrulla fronteriza.

El jueves pasado, luego que el gobierno de Trump dio a conocer sus “principios de inmigración”, la secretaria de seguridad nacional Kirstjen M.  Nielsen dijo que los planes migratorios del presidente, incluyendo el muro, “es lo que nos ha pedido el personal de primera línea, los que cuidan la frontera”.

Lo mismo reforzaron las fuentes que detallaron el plan del presidente desde dentro de la Casa Blanca. El plan fue realizado, supuestamente, con la colaboración de los agentes de ICE y CBP, es decir, de los funcionarios públicos cuyo trabajo y salario depende de dicho plan.

Para Ramírez, los agentes de ICE deberían ser “solo uno de los grupos que Trump debería consultar” para hacer sus planes.

“Aquí tenemos a líderes de negocios y empresariales, miembros de la comunidad, protectores del medio ambiente y funcionarios locales de toda la frontera, diciendo que el muro es una mala idea”, dijo Ramirez. “Los agentes tienen derecho a su opinión, pero no a expensas de excluir virtualmente a todos los demás sectores de la comunidad fronteriza”.

Todos coinciden en algo: si bien Estados Unidos tiene todo el derecho del mundo en cuidar sus fronteras, hay formas más efectivas y menos dañinas de hacerlo que con un muro fronterizo.

Efectos de muro preocupan en la frontera

La frontera, centro de intercambio comercial, vida familiar en dos países y lugar de la relación más cercana entre México y Estados Unidos, es presentada como un lugar “peligroso” en la retórica del presidente Trump, se quejaron comunidades locales este martes, previo al discurso del presidente.  

La construcción de un muro fronterizo que costaría alrededor de 25,000 millones de dólares es un “desperdicio monumental del dinero de los constituyentes” en momentos en que los cruces son los más bajos de la historia reciente, una tendencia que empezó antes de Trump, dijeron.

“En vez de miles de millones en un muro de concreto, busquemos la forma de invertir en tecnología que, por ejemplo, detecte los túneles subterráneos que hay de un lado al otro”, dijo Ramírez.

El Congresista Scott Peters, demócrata de la zona de San Diego, dijo este martes que “tienen que hablar con las cámaras de comercio desde McAllen, Texas, hasta San Diego, California, para darse cuenta de lo importante que es el comercio transfronterizo para nuestra economía”.

Y agregó que “San Diego y El Paso” están entre las ciudades más seguras de Estados Unidos.

“El muro es innecesario y demasiado caro”, apuntó.

La zona ya ha sufrido por las políticas de Trump, dijo Jason Wells, de la Cámara de comercio de San Ysidro.

“Inmediatamente tras empezar este gobierno y sus medidas migratorias vimos un 35% de descenso en el comercio fronterizo, la gente tenía miedo de que les quitaran sus visas, les revisaran sus teléfonos o algo peor”, dijo Wells .

El obispo Seitz dijo que la iglesia apoya el derecho del país a cuidar sus fronteras, pero dijo que no se están planteando “soluciones reales” al tema migratorio.

“Lo que vemos es una lucha política, donde secuestramos a algunos grupos como los dreamers, que tienen el apoyo de la mayoría de los estadounidenses, en aras de la política”, dijo Seitz. “Sabemos también que la mayoría de los que cruzan hoy no lo hacen por un trabajo sino para salvar sus vidas”.

El tráfico de indocumentados en la frontera hoy en día viene primordialmente de Honduras, El Salvador, Guatemala, donde la gente del pueblo está huyendo de la violencia pandilleril. La migración de Mexico ha bajado, e incluso a empezado a revertirse, saliendo más gente de la que entra, según estudios.

Jim Chapman de la organización ambientalista Sierra Club dijo que el muro, tal y como se está planteando, cortará muchas reservas ecológicas que incluyen a especies en vías de extinción y que podría resultar en una “catástrofe” cuando hay fuertes lluvias y se inunda la zona.

“Si van a construir un muro de concreto de 20 pies con una verja de acero arriba, cuando haya inundaciones no habrá para donde escapara para miles de especies de animales y veremos una destrucción de nivel bíblico“, dijo Chapman.

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