LULAC convoca reunión para decidir futuro de atribulado presidente nacional
Roger Rocha ofreció disculpas pero no su renuncia, como exigen la mayoría de los miembros de LULAC
WASHINGTON— La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), la más antigua de las principales organizaciones de la comunidad hispana, decidirá este sábado el futuro de su atribulado presidente nacional, Roger Rocha, quien anoche presentó una disculpa por su carta de apoyo al plan migratorio de la Casa Blanca.
Sin consultar a la junta directiva ni a nadie más en la organización, Rocha envió el pasado 28 de enero una carta al presidente Donald Trump expresando su apoyo al polémico plan migratorio que legaliza a 1,8 millones de “Dreamers” a cambio de un mayor combate contra la inmigración ilegal.
Bajo presiones de miembros de LULAC para presentar su renuncia, Rocha ofreció anoche un “sincero arrepentimiento y disculpa”, y afirmó que el haber escrito esa carta “ha sido el mayor error de mi vida”. La Casa Blanca usó esa carta como ejemplo del supuesto apoyo bipartidista que han generado su plan.
En su mensaje a “todos los miembros de LULAC, miembros de la comunidad, DREAMERS y comunidad inmigrante”, Rocha defendió la carta del 28 de enero al señalar que durante mucho tiempo LULAC luchó por tener “un asiento” en las negociaciones sobre el futuro de “DACA” y lo logró.
Rocha dijo que participó en numerosas reuniones con la Administración para discutir asuntos de inmigración y seguridad fronteriza y “esos esfuerzos fueron fructíferos”.
El plan migratorio, que ha levantado ampollas en el Congreso, en particular entre los demócratas, solicita $25,000 millones para el muro fronterizo y más agentes de Inmigración en la frontera y el interior del país, y una drástica reducción de la inmigración legal al eliminar la “lotería de visas” y las visas de reunificación familiar, que los ultraconservadores llaman despectivamente “inmigración en cadena”.
Rocha se atribuyó crédito de que, gracias a su participación en reuniones entre bambalinas con funcionarios de la Administración, el mandatario aceptó ofrecer una vía a la ciudadanía a 1,8 millones de jóvenes indocumentados, más del doble de los que se ampararon al programa de “acción diferida” (DACA) de 2012.
“Nuestra recomendación sobre seguridad fronteriza pasó del muro físico del presidente Trump a un muro de tecnología y más botas (agentes) en el terreno. Tanto legisladores demócratas como republicanos en el Congreso apoyan este tipo de plan”, explicó.
“Respecto a la migración por vínculos familiares, continuamos negociando nuestra posición por una solución permanente que permita la reunificación familiar, que es un componente clave de nuestra plataforma en LULAC”, afirmó.
Pero Rocha no precisa que las negociaciones están lideradas por un asesor de Trump, Stephen Miller, que apoya “mano dura” contra los inmigrantes, y están influenciadas por grupos ultraconservadores que durante años han querido reducir incluso la inmigración legal.
De hecho, la Casa Blanca ha considerado como buen punto de partida para las negociaciones un proyecto de ley ultraconservador, del legislador republicano Bob Goodlatte, que, según activistas, es una lista de deseos de grupos anti-inmigrantes y nacionalistas.
Tampoco explica en su carta que, en realidad, el plan migratorio de la Casa Blanca ha causado divisiones entre demócratas y republicanos, que lo consideran insuficiente por sus propias razones.
En general, los demócratas y grupos pro-inmigrantes no quieren hacer concesiones para reducir la inmigración legal, y los republicanos y grupos conservadores no quieren una “aministía” para quienes han violado las leyes migratorias.
Trump visitó ayer un centro de la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras (CBP) donde nuevamente destacó la urgencia de construir un muro para frenar el contrabando de drogas y personas. También amenazó con retirar la ayuda exterior de EEUU a países que no hacen lo suficiente para frenar el trasiego de drogas hacia el Norte.
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La junta directiva de LULAC se reunirá hoy con Rocha en horas de la tarde, para tratar de poner fin a varios días de crisis en el seno de la organización, que produjo la etiqueta “#RochaGate” en las redes sociales.
Rocha no ofreció renunciar, como exigen muchos miembros, pero no está claro cuál será la decisión final sobre su futuro.