Congreso evitó crisis del gobierno pero dejó colgados a Dreamers

Los Dreamers tildaron de "traidores" a los demócratas y republicanos moderados que aprobaron el presupuesto sin DACA

Los Dreamers los grandes perdedores

Los Dreamers los grandes perdedores Crédito: EFE/EPA/MIKE NELSON

WASHINGTON—  El Congreso aprobó este viernes un presupuesto que mantiene abiertas las puertas del gobierno, pero dejó pendiente la crisis de centenares de miles de Dreamers ahora en limbo, sin garantías de lograr un arreglo para DACA la próxima semana.

Esta madrugada, los legisladores aprobaron una medida que aumenta el gasto público por $300,000 millones en dos años y financia las operaciones del gobierno hasta el próximo 23 de marzo, mientras se negocian los detalles de los gastos a largo plazo.

El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer negoció el acuerdo bipartidista, que incluye un aumento para defensa, fondos para programas sociales, cobertura médica para niños, la expansión de programas de cuidado de salud, y ayudas para desastres naturales en Puerto Rico,  entre otros.

Pero el voto de inmediato generó acusaciones de “traición” por parte de los Dreamers, que durante semanas han llevado a cabo, marchas, protestas, “tomas”  y actos de desobediencia civil en el Capitolio, y manifestaciones en los distritos de los legisladores.

La medida se sometió a voto tras superar pugnas partidistas en ambas cámaras del Congreso: en el Senado, los conservadores fiscales condenaron el masivo aumento en el gasto público, mientras que en la Cámara de Representantes, la mayoría de los demócratas exigía la inclusión del “Dream Act”.

Al final, la medida logró, a las dos de la madrugada, una votación de 71-28 en el Senado, y tres horas después, una de 240-186 en la Cámara de Representantes, incluyendo 73 demócratas que la respaldaron.

El gobierno agotó sus fondos a medianoche, por lo que el tardío voto técnicamente paralizó las operaciones de la burocracia federal por ocho horas y media, hasta que el presidente Donald Trump firmó la medida de gastos.

Además de esa medida, Trump promulgó otra que compensa de forma retroactiva a los empleados públicos afectados por la breve suspensión de labores.

Un voto sin garantías para los Dreamers

El mes pasado, en medio de un cierre de gobierno de tres días –también causado por pugnas en torno a DACA-, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, prometió abrir el debate migratorio si los demócratas apoyaban la medida de gastos, y si para esta fecha no había acuerdo sobre DACA.

Cumpliendo su promesa, McConnell ha programado un voto de procedimiento para el lunes próximo, para dar el pistoletazo al inicio del debate migratorio, que previsiblemente durará toda la semana.

El voto, previsto a las 5:30 pm hora local, será sobre una medida que servirá como “vehículo” para el debate migratorio y facilitará el proceso de enmiendas de ambos partidos.

McConnell prometió un proceso “justo” que, sin embargo, no será fácil ni corto. La principal traba en el Congreso será debatir una medida que logre suficiente apoyo bipartidista para su aprobación. En la Cámara Baja, la cifra mágica es 218 votos, y en el Senado, 60.

Por su parte, el presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, ha dicho que permitirá el voto de una medida que Trump “pueda firmar”, lo que le ha valido críticas de “cobardía” de parte de la comunidad inmigrante.

Trump no parece estar dispuesto a extender el plazo que impuso al Congreso, del próximo 5 de marzo, para encontrar una solución consensuada al programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, que él desmanteló en septiembre pasado.

También exige que el Congreso use como punto de partida su plan migratorio, que protege a 1,8 millones de Dreamers a cambio del muro, un mayor combate contra la inmigración ilegal, y una drástica reducción de la inmigración legal.

La mayoría de los conservadores ha condenado su plan como una “amnistía inmerecida” para inmigrantes indocumentados, y la mayoría de los demócratas y algunos republicanos se oponen a las mayores restricciones en las visas de reunificación familiar.

Hasta ahora, los principales negociadores de ambos partidos no han logrado una medida que tenga el aval de la Casa Blanca, pese a que la medida bipartidista “Dream Act” goza de apoyo popular. La Casa Blanca ha dado su respaldo a una medida liderada por el republicano Bob Goodlatte y que, según activistas pro-inmigrantes, es una lista de deseos de la ultraderecha nacionalista y xenófoba.

Un voto de “traición”

Tanto en comunicados como en conferencias telefónicas con periodistas, los Dreamers y activistas del movimiento pro-inmigrante en todo EEU condenaron hoy lo que tildaron como una “traición” de los demócratas y algunos republicanos moderados, que habían prometido votar en contra de la medida si no incluía DACA.

Los republicanos controlan el Senado con apenas dos escaños de diferencia, 51-49, y necesitaban el apoyo demócrata para aprobar el presupuesto. Los Dreamers consideran que los demócratas desaprovecharon esa aritmética para exigir concesiones, aún si eso suponía un cierre del gobierno.

El miércoles pasado, la líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Nancy Pelosi, ofreció un histórico discurso de ocho horas a favor del “Dream Act”, y esta madrugada votó en contra de la medida.

Greisa Martínez, activista de “United We Dream”, dijo que la “cuchillada en la espalda” por parte los demócratas y “el cruel juego” de Ryan aumentan el peligro de la deportación para los jóvenes indocumentados.

“Discursos, lágrimas de cocodrilo y mensajes en Facebook no salvarán nuestras vidas… no tenemos la opción de darnos por vencidos”, advirtió.

Un  reciente fallo judicial ordenó la reactivación de DACA para la renovación de permisos pero, según la activista, el proceso de renovación es tardado y los Dreamers con permisos ya vencidos no están a salvo de los agentes de Inmigración.

Al final, 73 de los 193 miembros de la bancada demócrata en la Cámara Baja aprobaron el presupuesto. Allí, la medida requería 218 votos, y los republicanos numeran 238, por lo que una rebelión demócrata no hubiese tenido impacto.

La prioridad inmediata de los Dreamers en las próximas semanas es que el Congreso apruebe una medida que los legalice.

Pero también repitieron su amenaza de movilizar a los votantes para los comicios legislativos del próximo 6 de noviembre contra los legisladores que les den la espalda.

Los demócratas, que necesitan una ganancia neta de 24 escaños para recuperar el control de la Cámara Baja, y dos para el Senado, han dejado en claro que si DACA no se resuelve, usaron la oposición republicana como arma en las urnas.

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