Pese a la devastación causada por los incendios, Sonoma se enfrenta a recortes millonarios en salud mental
Los recortes llegan en el peor momento, recuerdan las asociaciones sin ánimo de lucro que tratan a los enfermos
Estos fondos, que ayudan a las personas más vulnerables del Condado de Sonoma, aquellas que luchan contra enfermedades mentales graves, corren peligro en el peor momento. Y es que los funcionarios de esta región del Norte de California están considerando millones de dólares en recortes presupuestarios de emergencia para más de 40 grupos sin ánimo de lucro que brindan asesoramiento, prevención del suicidio, vivienda de apoyo e intervención en adicciones, incluso cuando la región enfrenta una crisis de salud mental después de la tormenta de Wine Country del pasado octubre.
La Junta de Supervisores, desesperada por hacer frente a un déficit creciente causado por la mala administración, votará el 27 de marzo sobre los posibles recortes, aunque no se ha finalizado una cifra precisa de los ahorros. Los cambios entrarán en vigencia inmediatamente.
El contexto no podría ser más desolador para los enfermos, como afirma Kai Harris, directora de programas de Desarrollo Humano de California, una organización sin ánimo de lucro que ofrece programas de tratamiento residencial y para pacientes ambulatorios: “estamos viendo una demanda masiva de servicios de salud mental después de estos incendios”.
Lomi Psychotherapy, una pequeña clínica sin ánimo de lucro escondida en un centro comercial de Santa Rosa, donde ofrece asesoramiento asequible en una escala móvil, estaría entre los afectados. Su director clínico, Thomas Pope, confirmó que la reducción de las ayudas provocaría despidos, un recorte del 25% en los servicios y la interrupción de la atención para algunos clientes de Medi-Cal: “ya no cumplimos con las necesidades que recibimos. Estos recortes tendrán un impacto severo y duradero en una población muy vulnerable y darán como resultado más atención de crisis, más visitas a la sala de emergencia y, en última instancia, más costos para el condado”.
La consejería de crisis para víctimas de incendios, financiada con dinero federal, no se vería afectada. Pero los incendios, que desplazaron a decenas de miles de personas, exacerbaron muchas condiciones de salud mental existentes que tratan las organizaciones sin fines de lucro. Así habló el presidente de la Junta de Supervisores, James Gore: “esto viene en un momento en que estamos lidiando con el trauma de la comunidad”.
Barbie Robinson, la directora del Departamento de Servicios de Salud desde el año pasado, dijo que esperaba evitar despedir al personal del condado, pero reconoció que los recortes podrían dañar a personas con necesidades serias: “teníamos una necesidad no satisfecha antes de enfrentar esta crisis presupuestaria; reconocemos el impacto de estos recortes y lo que significa para nuestro sistema de cuidado; es devastador“.
Más de 40 millones de los 93 millones asignados a la división de salud conductual se canalizan a 90 organizaciones sin ánimo de lucro, muchas de las cuales han tratado a residentes que luchan por sobrevivir después de los incendios de North Bay, que en el Condado de Sonoma causaron la muerte de 24 personas y arruinaron 6.957 hogares, empresas y otras estructuras.