¿Contestar o no contestar la pregunta de ciudadanía en el Censo? Ese es el dilema
Desde que el gobierno de Trump anunció que añadirá una interrogante sobre el estatus de las personas al formulario del Censo, líderes comunitarios están considerando como responder ante el peligro de perder recursos y representación política.
Mientras los líderes comunitarios buscan la manera de manejar el tema del próximo Censo y la pregunta sobre ciudadanía que amenaza con incluir el gobierno de Trump, otros contemplan la posibilidad de un boicot parcial.
Dicho boicot podría incluir, señalan algunas voces, dejar en blanco la pregunta más preocupante del formulario: ¿Es usted ciudadano de Estados Unidos?
Es un tema que genera grandes desacuerdos entre personas que tienen un mismo objetivo: que las comunidades minoritarias, particularmente las inmigrantes, estén representadas en los resultados del Censo.
“De ninguna manera haríamos algo para alentar a la comunidad a hacer ningún tipo de boicot“, dijo Arturo Vargas, presidente de NALEO, una organización que aboga, entre otras áreas, por una mayor participación de los latinos en la vida política del país.
“El objetivo del gobierno de Trump es que no contemos, por lo tanto, estamos buscando la mejor manera de asegurar que sí vamos a contar”.
Otros, sin embargo, piensan que dejar en blanco esa pregunta en particular puede ser una forma de protesta, o de protección para las comunidades inmigrantes.
Una de esas personas es el politólogo Ángelo Falcón, presidente del Instituto Nacional de Política Latina y recientemente profesor de la Universidad de Columbia.
“Si las demandas contra el gobierno para impedir la pregunta de ciudadanía no funcionan, entonces tenemos que preparar algunas opciones y reclamar algo de nuestro poder”, dijo Falcón.
Según Falcón, que también ha seguido de cerca el tema del Censo, si una cantidad masiva de personas deja en blanco la pregunta de ciudadanía, pero llena el resto del formulario, “aún son contados pero hace más difícil que el gobierno pueda usar los datos de esa pregunta, que ya no serían confiables”.
Falcón llama a esta táctica “desobediencia estadística”.
Parte del problema es, sin embargo, que no contestar el Censo o dejar preguntas en blanco es, teóricamente, un delito que puede ser castigado por la ley. Pero según Politifact, la última vez que eso pasó fue hace al menos 50 años.
Durante una conferencia telefónica con medios étnicos, varios expertos y líderes comunitarios dijeron que harán presión para que el Congreso de Estados Unidos sostenga audiencias sobre el tema del Censo.
Allí, dijeron, debe exigirse respuestas sobre las razones por las cuales pretende usarse una pregunta que no ha sido probada, cuando el Censo tarda años en desarrollar el cuestionario.
“Ya hay congresistas que están haciendo estas preguntas”, dijo John C. Yang, presidente de Asian Americans Advancing Justice.
Vanita Gupta, presidente de Leadership Conference Education Fund dijo que el propio memo del Secretario de Comercio respecto al Censo “contenía errores”.
Los resultados del Censo que se hace cada diez años son utilizados por el gobierno para distribuir fondos federales, tomar decisiones sobre infraestructura y servicios y establecer los distritos electorales para la Cámara de Representantes.
California, Nueva York y otros estados han presentado demandas legales contra el gobierno para impedir que añadan una pregunta sobre ciudadanía en el formulario del Censo, que anunciaron hace apenas unos días sería incluida, a pesar que no se han hecho las pruebas ni los análisis pertinentes.
El peligro de añadir una pregunta sobre ciudadanía en el censo del año 2020 se suma al temor que ya sienten las familias inmigrantes en sus interacciones con el gobierno federal creando un verdadero problema para el conteo decenal.