Un ambicioso proyecto de ley de California daría al estado el control de los precios del mercado de salud

Tan amada como detestada, la propuesta se inspira en el modelo establecido por Maryland

Exámenes médicos hombres

El seguro de salud es importante para todos especialmente para las personas mayores de edad. (Archivo) Crédito: Pexels

En lo que supone una de las iniciativas más agresivas de la nación para frenar el aumento del gasto sanitario, una nueva medida de California pondría al estado a cargo de establecer los precios de estadías en el hospital y visitas al médico, así como la mayoría de los servicios médicos cubiertos por las aseguradoras comerciales.

Respaldado por sindicatos y grupos de consumidores, el proyecto de ley provocará con seguridad la feroz oposición de médicos y hospitales, preparando el escenario para una pelea entre algunos de los principales pesos pesados del Capitolio. Los defensores también enfrentan fricciones en la izquierda de los defensores de la atención médica de pagador único, quienes abrazan una visión alternativa de cómo reformar la atención médica del estado.

A pesar de los obstáculos políticos, la posibilidad de controlar los precios resulta tentadora para los políticos, ya que los costos de la atención de la salud devoran los presupuestos estatales, los fondos de los empleadores y los cheques de los trabajadores. “No creo que muchas personas estén en desacuerdo con la afirmación de que los costos de atención médica en el estado son demasiado altos”, dijo Kristof Stremikis, director de análisis de mercado de la organización sin ánimo de lucro California Health Care Foundation.

La medida, que ha sido presentada hoy en una conferencia de prensa, establece una comisión que fijará tarifas para los servicios de salud según lo que el gobierno paga por dichos servicios bajo Medicare. La comisión, que sería una entidad estatal independiente, determinaría las tarifas para todos los servicios cubiertos por planes de salud comerciales, incluidos los que ofrecen los empleadores a sus trabajadores y los que se venden en el mercado individual. Los programas de salud pública, incluidos Medicare y Medicaid, no se verían afectados por esos límites de precios.

La propuesta se inspira en el modelo establecido por Maryland, en el que el estado establece los precios pagados por todos los contribuyentes, incluidas las compañías de seguros y los programas de salud pública, para los servicios hospitalarios.

El asambleísta Ash Kalra (demócrata de San José), quien lleva el Proyecto de Ley 3087, dijo que la medida marca un cambio en el debate sobre el cuidado de la salud, desde maximizar la cobertura del seguro hasta abordar el costo de la atención: “el acceso debe combinarse con la asequibilidad. El solo hecho de tener acceso a servicios de salud no significa que vaya a obtenerse la atención médica que necesita”.

Pero los oponentes replican que los precios máximos podrían inhibir la capacidad de los pacientes para obtener atención al expulsar a los médicos del estado y los hospitales para reducir los servicios. Así, el Dr. Theodore M. Mazer, especialista en oído, nariz y garganta de San Diego que es presidente de la Asociación Médica de California, calificó el proyecto de ley como “una amenaza sin precedentes para el acceso del paciente a la atención médica“. Añadió que “esta legislación peligrosamente defectuosa resultaría en un racionamiento de la atención sancionado por el gobierno y mayores costos de bolsillo para los pacientes; también podría causar un éxodo de médicos en ejercicio, lo que agravaría la escasez de médicos y haría que California no sea atractiva para los nuevos reclutas médicos”.

EEUU gasta alrededor del 18% de su producto interno bruto en salud, casi el doble del promedio de otras naciones industrializadas avanzadas, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Si bien el gasto de los EEUU en programas públicos generalmente está a la par de otras naciones, el gasto en el sector privado supera a países similares. Numerosos estudios han encontrado que los altos precios son los culpables de ese creciente abismo.

Los economistas apuntan a varias razones para los precios crecientes, incluida la inflación, las nuevas tecnologías caras y una población que envejece y que cuesta más tratar. Además, la consolidación entre los sistemas hospitalarios y grupos de médicos ha llevado a un menor número de proveedores que toman más concentración en el mercado de la salud, lo que da poder para negociar precios más altos con planes de salud, sindicatos y otros compradores.

En California, esto se ha notado: de 2002 a 2016, las primas para quienes obtienen un seguro a través de su empleador aumentaron más del 240%, según la California Health Care Foundation. Entretanto, la inflación general subió alrededor del 40%.

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