El Chapo de Sinaloa tendrá su autobiografía y en ella no se pintará como un santo
El cantante reveló su mayor debilidad: Las mujeres
“Hola mi amor” es lo nuevo del Chapo de Sinaloa, quien con el éxito tiene nuevos proyectos en puerta, uno de estos es una autobiografía, en la que, a diferencia de otros artistas que “tratan de parecer santos”, él contará tanto lo malo como lo bueno de su vida.
Su debilidad, confiesa en una entrevista con Efe, no son ni las drogas ni el alcohol, sino las mujeres, por lo que éstas van a tener un papel protagonista en su historia, que espera poder convertir algún día en una serie de televisión.
“Hola mi amor“, de su autoría, es uno de los cortes del álbum “Mi México para el mundo“, que pronto tendrá su salida y en el que la música de mariachi predomina sobre la de banda.
“La música de mariachi es genial, aunque desafortunadamente es mejor vista en el extranjero que en México“, donde la hacen de menos, dice Ernesto Pérez, conocido artísticamente como El Chapo de Sinaloa, un apodo que nunca ha pensado en cambiar pese a que hay otro “Chapo” más famoso que él y por causas negativas.
“En Sinaloa hay muchos ‘Chapos’ (apodo que viene de ‘chaparrito’ o bajito)“, dice cuando se le pregunta por El Chapo Guzmán, el narcotraficante a la espera de juicio en Estados Unidos, nacido también en el estado norteño de Sinaloa.
El Chapo de Sinaloa llegó a Estados Unidos con 14 años sin papeles ni permisos, pero se “legalizó” y hoy vive en este país “donde se le oscurece“, según sus palabras. Su intención con la autobiografía que está pergeñando es dar a conocer “todo lo maravilloso y lo lamentable” que ha aprendido en la vida para que sirva de “mensaje a la juventud”.
“Nada es imposible“, señala el cantante y compositor, si te “programas” para ello, podrás lograr tu sueño.
En su caso, fue fundamental el trasladarse a Estados Unidos desde su “marginado rancho” en Badiraguato. “Fue el primer viaje que hice y el más importante“, subraya, pero enseguida recuerda las “puertas y puertas” que le cerró en las narices la industria discográfica de este país hasta que un día tuvo una oportunidad para el éxito.
“He cometido muchos errores“, reconoce el artista de música norteña, pero en la autobiografía los presentará como lecciones aprendidas, como algo positivo.
Aunque ha vivido en un mundo donde abundaban las drogas no han sido para él una tentación. “No me he metido ni una gota de esa cochinada por la nariz“, asevera.
Otra cosa, dice, son “las trampas de las mujeres“, a las que siempre le ha sido difícil resistirse, porque es “el mayor admirador de la textura de la piel, del olor de una mujer”.
Afirma que en su libro escribirá de las mujeres más relevantes de su vida, aunque la más perdurable es su esposa y madre de sus hijos, con la que se casó, pese a no creer en el matrimonio, algo en lo que no ha cambiado un ápice. “Estaba extremadamente loco el que lo inventó“, señala con humor.
Según dice, se casó para que ella pudiera estar legal en Estados y sus hijos nacieran en este país. Le costó $50 dólares la licencia y hoy no sabe cuánto le podría costar un divorcio.
A lo largo de su carrera, El Chapo de Sinaloa ha producido 27 álbumes y se ha consagrado como uno de los intérpretes más populares y respetados de su género.
El sencillo “Le hace falta un beso” (2014), también con mariachi, fue número uno en Colombia por meses y hay más de 30 artistas de distintos países que han hecho sus versiones de esa canción, dice con orgullo.
Maestro del “jaripeo”, los espectáculos con caballos de su tierra, y del clarinete, una de las experiencias de las que está más satisfecho es su actuación en la telenovela “Sueño de Amor“.
Si logra convertir su planeada autobiografía en una serie televisiva, algo para lo que no tiene “prisa” y está dispuesto a esperar lo que haga falta o incluso a no hacerla si el resultado no va a ser “genial”, quiere interpretarse a si mismo en los capítulos que narren la época actual.
Aunque su debilidad sean las mujeres, Ernesto Pérez tiene una gran pasión: la música. Según dice, es “tímido” y sin esa forma de expresión no hubiera podido enamorar a ninguna.