Republicanos proponen más trabas para recibir cupones de comida
Los demócratas preven presentar enmiendas a la nueva ley agrícola para proteger el programa de cupones de comida
WASHINGTON— En el marco del debate de una nueva ley agrícola, líderes republicanos del Congreso propusieron este jueves nuevas trabas para personas que dependen de cupones de comida para subsistir, lo que generó el rechazo de demócratas y defensores de la clase trabajadora.
El plan, negociado entre bambalinas sin los demócratas, para renovar la ley agrícola de 2014, aumenta las restricciones y requisitos para quienes soliciten cupones de comida dentro del “Programa de Ayuda Nutricional Suplementaria” (SNAP), que en la actualidad sirve de muletilla para unos 40 millones de personas en EEUU.
El “Acta de Agricultura y Nutrición” de 2018 está dotado de $844,000 millones y renueva la mayor parte de los programas agrícolas del país, incluyendo “SNAP” .
Entre otros elementos, el plan republicano aumenta la edad, de 49 a 59 años, para las personas que deben cumplir con ciertos requisitos de trabajo o capacitación laboral a cambio de continuar recibiendo cupones de comida.
Eso afectaría a entre cinco y seis millones de beneficiarios, que tendrían que trabajar al menos 20 horas semanales. El plan crea exenciones para mujeres embarazadas, padres con hijos menores de seis años, o personas que tienen discapacidades.
El plan también incluye $255 millones para promover al sector de exportaciones agrícolas, en unos momentos en que China ha amenazado con imponer fuertes aranceles punitivos al sector agrícola en represalia por los aranceles que la Administración Trump quiere cobrar a exportaciones de ese país.
Los republicanos, entre éstos el presidente del Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes, Michael Conaway, argumentaron que el plan promoverá la autosuficiencia de los trabajadores de bajos ingresos, para que “puedan salir de la pobreza mediante empleos de buena paga”.
Sin embargo, a juzgar por la airada reacción de los demócratas, no está claro que el plan, que será debatido dentro de la nueva ley agrícola, pueda ser aprobado en ambas cámaras del Congreso.
Aunque los republicanos controlan el Congreso, en el Senado tienen una escasa mayoría de 51-49, por lo que necesitarán el apoyo de los demócratas.
Haciéndose eco de las quejas de su bancada, el legislador Collin Peterson, el demócrata de mayor rango en el Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes, dijo en un comunicado que los republicanos están poniendo en riesgo la subsistencia del sector agrícola al empecinarse en una “ideología partidista” en torno a “SNAP”.
Según un análisis del Centro para Prioridades Presupuestarias y Políticas (CBPP), el programa “SNAP”, otorga cada mes, en promedio, $126 en ayuda alimentaria por persona, o $254 por hogar.
Eso equivale a alrededor de $1,40 por almuerzo, lo que difícilmente garantiza una alimentación sana o adecuada y, peor aún, la exigencia laboral no sacaría a nadie de la pobreza, según CBPP. Su presidente, Bob Greenstein, contrastó la “generosidad” republicana de dar masivos recortes de impuestos a los ricos con los recortes a “SNAP” que “ampliarán las divisiones económicas de la nación”.
Coming just 4 months after a tax-cut bill that will cost $1.9T & lavishes tax cuts on wealthy individuals and corporations, the SNAP proposals would further widen the nation’s economic divides. 3/
— Bob Greenstein (@BobGreensteinDC) April 12, 2018
El nuevo plan se suma a otras propuestas que sopesa la Administración para modificar los programas de asistencia alimentaria para pobres, como el permitir que los gobiernos estatales exijan pruebas de drogas a ciertos beneficiarios de cupones de comida.
Esa exigencia, de aprobarse, afectaría a alrededor del 5% de los beneficiarios de “SNAP”, principalmente a personas sin impedimentos para trabajar y sin dependientes.
Según grupos que defienden a la clase trabajadora, el plan republicano perjudicará a la población más vulnerable del país, que incluye a niños, ancianos, veteranos y discapacitados.
Jacob Leibenluft, vicepresidente para asuntos políticos del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP), un grupo progresista afín a los demócratas, dijo que el plan no es más que un esfuerzo por quitar el pan de la boca a familias trabajadoras, disfrazado de reforma.
Si los republicanos quisieran ayudar a los pobres, lo que les corresponde es aumentar el salario mínimo y ampliar el acceso al cuidado infantil, en vez “de patearlos cuando ya están en el suelo”, dijo.
La medida republicana será debatida en el Comité de Agricultura la próxima semana, y se prevé que los demócratas presenten enmiendas. Aún si es aprobada en la Cámara Baja, lo más probable es que sufra más cambios en el Senado antes de llegar a su aprobación final, que debe ocurrir a más tardar el próximo 30 de septiembre.