Administración Trump avanza para facilitar “fracking” en tierras federales de California
El procedimiento puede contaminar aguas subterráneas y ocasionar pequeños temblores sísmicos
El Gobierno dio ayer el primer paso de un proceso administrativo que facilitará el “fracking” en tierras y propiedades mineras federales del estado de California y que podría abrir más de 3,976 millas cuadrados a esa práctica.
En un aviso emitido al Registro Federal, la Oficina de Gestión de Suelos (BLM, en sus siglas en inglés) señaló que tiene la intención de analizar el impacto de la extracción de hidrocarburos por fracturación hidráulica (“fracking”) en tierras de propiedad federal en ese estado.
El área en cuestión abarca 400,000 acres de terrenos públicos y 1.2 millones de acres de propiedades mineras federales a lo largo de varios condados de California, como Fresno, San Luis Obispo y Santa Bárbara.
Esta notificación, que aclaró que la BLM evaluará el impacto de la fracturación hidráulica en el medio ambiente, está abierta a comentarios del público.
La abogada del Centro para la Diversidad Biológica, Clare Lakewook, consideró en un comunicado que “este paso hacia la apertura de nuestras hermosas tierras públicas al ‘fracking’ y la perforación es parte de la guerra de la Administración (del presidente Donald) Trump contra California“.
El estado ya demandó en enero al Gobierno de Trump por relajar los requisitos medioambientales para la extracción de hidrocarburos por fracturación hidráulica en tierras federales y de nativos.
Tras años de discusión, el Ejecutivo de Barack Obama (2009-2015) decidió en 2015 obligar a las compañías energéticas a cumplir con los estándares federales de seguridad en la construcción de pozos empleados para este técnica de extracción petrolera y de gas, y hacer públicos los componentes químicos empleados en el proceso.
No obstante, la medida de Obama estaba bloqueada por un juez de Wyoming, que argumentó que el Departamento de Interior no tenía autoridad para resolver sobre la cuestión.
Hace ocho meses, la Oficina de Gestión de Suelos del Departamento de Interior finalmente revocó la norma impulsada durante la Presidencia de Obama.
Este procedimiento de extracción de hidrocarburos puede contaminar las aguas subterráneas, causar la emisión de sustancias tóxicas a la atmósfera y ocasionar pequeños temblores sísmicos, de acuerdo a expertos.
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