Brexit: las claves del polémico “acuerdo de divorcio” entre Londres y Bruselas

¿Comienza la salida de Reino Unido de la Unión Europea? ¿Qué dice este esperado borrador de acuerdo?

El Brexit ha generado polarización en Reino Unido.

El Brexit ha generado polarización en Reino Unido. Crédito: Getty

Reino Unido y su primera ministra, Theresa May, vivieron este jueves una tormentosa jornada política.

En realidad, un día de resaca después de que May anunciara el miércoles en la noche que su gabinete de ministros le había dado el visto bueno al borrador de acuerdo sobre el Brexit al que llegó con la Unión Europea.

El acuerdo, de más de 500 páginas, establece un periodo de transición en la relación entre Reino Unido y la Unión Europea cuando se materialice el “divorcio” el 29 de marzo de 2019.

Pero a los más radicales partidarios del abandono del bloque europeo no les gustaron los términos acordados por May y Bruselas.

Así, dos miembros del gabinete de ministros y otros altos cargos presentaron su dimisión por su rechazo a una propuesta que todavía debe ser aprobada por el Europa y el Parlamento británico.

Para tratar de convencer a los diputados, May enfrentó tres horas de preguntas en la cámara baja, en su mayoría hostiles, tanto de parte de la oposición laborista como de sus copartidarios conservadores.

“El pueblo británico quiere que lo hagamos”, apeló May ante el Parlamento en alusión al referéndum de 2016, en el que la salida de la UE fue aprobada por 51,9% contra 48,1%.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, informó este jueves que los 27 miembros restantes de la Unión Europea están convocados para una reunión de urgencia el 25 de noviembre con el fin de “finalizar y formalizar” este acuerdo.

Si pasa, entonces el Parlamento británico deberá votarlo en diciembre.

¿Qué dice el principio de acuerdo?

El borrador no es un acuerdo comercial con la UE, sino que recoge los términos en los que Reino Unido se retiraría de esta entidad supranacional el próximo marzo. Según el documento, al día siguiente comenzaría un periodo de transición de 21 meses durante el cual se negociaría el acuerdo definitivo.

En caso de no conseguirlo, el periodo de transición podrá ser extendido una única vez, siempre que ambas partes lo soliciten en julio de 2020 como muy tarde.

Los ciudadanos europeos que lleguen a Reino Unido antes de que acabe el periodo de transición (diciembre de 2020), podrán quedarse en el país y, si permanecen allí cinco años, podrán seguir haciéndolo de manera permanente. Las mismas reglas se aplicarán para los británicos en países de la UE.

Michael Barnier

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Michael Barnier, negociador jefe del Brexit por parte de la UE, dijo que se evitará una frontera dura con Irlanda.

Uno de los puntos que más polémicos era la frontera entre Irlanda del Norte (que forma parte de Reino Unido) y la República de Irlanda, ya que tanto Londres como Dublín querían evitar volver a tener una barrera visible con puestos de control y aduanas en ese límite de 500 kilómetros de largo.

Ambos gobiernos creían que esto pondría en riesgo el proceso de paz con el que se puso fin a décadas de violencia, cuando estaba activo el Ejército Republicano Irlandés (IRA), la organización armada que apoyaba la separación de esta región británica.

Por eso, el borrador incluye una cláusula de salvaguarda (backstop, en inglés), una especie de red de seguridad que se activaría si no se llega a ningún acuerdo definitivo. La cláusula evitaría que estos territorios volvieran a tener esa frontera palpable, pero obligaría a todo Reino Unido a permanecer dentro de lo que documento llama “un territorio de aduanas único“.

Esto significa que no habría tarifas aduaneras entre Londres y la UE. Pero también, que si los británicos quieren imponerle sus propias tasas a las importaciones de países extracomunitarios, estas no podrán ser más caras que las que la UE les cobra a esas naciones. Además, los productos deberán cumplir la normativa europea en materias como controles de calidad.

En este punto hay dos posiciones encontradas. Por un lado, están los partidarios del Brexit, a quienes no les gusta la idea de estar atados a las normas aduaneras de la UE.

Por otro, están los parlamentarios conservadores del partido norirlandés DUP, aliados de los que May no puede prescindir y que no quieren que Irlanda del Norte tenga un régimen distinto al del resto del territorio británico.

A todo esto se suma el “acuerdo financiero” por el que los británicos deberán pagar el equivalente a una cifra entre US$39.000 y los US$44.000 millones por obligaciones contraídas antes de la salida del bloque.

La propuesta de acuerdo también plantea la protección de 3.000 denominaciones geográficas” de productos, que incluyen el jamón de Parma, el queso feta, la champaña y el cordero de Gales (Welsh), entre otros.

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La propuesta de acuerdo plantea que Reino Unido pague una cifra entre US$39.000 y los US$44.000 millones por obligaciones contraídas antes de la salida del bloque.

¿Qué sigue?

A finales de noviembre se espera que se celebre una reunión de la UE para aprobar el documento. Pero luego de eso, May deberá enfrentar lo que podría ser la batalla de su vida: lograr que el Parlamento británico apruebe el acuerdo final.

Hay parlamentarios escépticos o abiertamente contrarios al Brexit y otros que son partidarios de una salida de la UE sin un acuerdo si este no satisface las exigencia británicas, lo cual podría dificultar su aprobación.

Si May no logra una votación favorable, Reino Unido entrará en territorio incierto.

Entre sus opciones estaría la de buscar una renegociación con la UE, posponer el día en que se hará efectivo el Brexit o incluso convocar otro referendo, algo que May ha descartado en repetidas ocasiones.

Reacciones

Jeremy Corbyn

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Jeremy Corbyn, líder de la oposición, criticó la propuesta de acuerdo.

Jeremy Corbyn, líder del opositor Partido Laborista, dijo que el acuerdo va en contra del interés nacional porque “no satisface las necesidades de todas las partes de Reino Unido”.

En el interior del gobernante Partido Conservador, también hay voces críticas. Algunos parlamentarios está furiosos porque sienten que el acuerdo deja a Reino Unido atado a la UE.

El conservador Jacob Rees-Mogg se refirió al documento como un “acuerdo podrido”, que dejaría al Reino Unido bajo las reglas aduaneras de la UE y que “dividirá” al país.

Por su parte, Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia, también criticó la propuesta de acuerdo.

“Esta propuesta de acuerdo será mala para Escocia, nos sacará de un mercado ocho veces más grande que el de Reino Unido y representa una gran amenaza para el empleo, la inversión y la calidad de vida”.

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El “divorcio” de la UE y Reino Unido está programado para marzo de 2019.

Por su parte, Guy Verhofstadt, uno de los negociadores del Brexit en el Parlamento Europeo, señaló que el acuerdo ofrecerá “protección a los derechos civiles y evitará una frontera dura con Irlanda”.

“Mientras espero que algún día Reino Unido regrese, por el momento este acuerdo hará posible el Brexit mientras se mantiene una relación estrecha”, dijo Verhofstadt en un comunicado.

El canciller austriaco Sebastian Kurz, aseguró que se sentía “muy complacido” y que había sido “un buen resultado“.

Y Juha Sipila, primer ministro de Finlandia, dijo en un tuit que “aún se necesitan decisiones de ambas partes para lograr un acuerdo final”.


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